LÍNEA EDITORIAL
El Código Penal requiere consenso, no demagogia
"Pocas dudas tiene el ejecutivo sobre la constitucionalidad de una figura presente en la inmensa mayoría de países comunitarios"
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Sigue adelante la derogación de la prisión permanente revisable tras el rechazo a las enmiendas presentadas por PP y Ciudadanos, un debate en el que la tentación de la demagogia va a estar muy presente. La tramitación será larga y el gobierno confía en que el PSOE acepte esperar a la sentencia del recurso que presentó en el Constitucional. Pocas dudas tiene el ejecutivo sobre la constitucionalidad de una figura presente en la inmensa mayoría de países comunitarios. Además, pese al discurso público, las posiciones reales de los grandes partidos no parecen haber estado tan alejadas. El que los socialistas llamaron en 1995 «el Código Penal de la democracia» eliminó las redenciones de pena del código franquista debido al escándalo que producían las excarcelaciones tempranas de etarras.
De ahí el PP pasó al cumplimiento íntegro de las condenas, y posteriormente a la prisión permanente revisable, reservada para casos de especial gravedad. Simultáneamente, el sistema penitenciario español ha experimentado importantes avances para que, como dicta la Constitución, las penas se orienten hacia la reinserción social. En esto el acuerdo es absoluto. Todo lo cual nos dice que, con un poco de voluntad de diálogo político y de escucha a los expertos, habría margen de sobra para el acuerdo sobre un tema, el Código Penal, en el que debería siempre presidir el consenso.