línea editorial 4/2/2025

Comercio y desarrollo

En pocos días nos hemos visto inmersos en una guerra comercial mundial. Trump ha utilizado los aranceles sobre los productos canadienses, mexicanos y chinos como una herramienta de negociación, quizás habría que decir de chantaje

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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En pocos días nos hemos visto inmersos en una guerra comercial mundial. Trump ha utilizado los aranceles sobre los productos canadienses, mexicanos y chinos como una herramienta de negociación, quizás habría que decir de chantaje. De momento, los aranceles para las importaciones procedentes de México y Canadá se han suspendido a cambio de que los dos países tengan una política más dura para controlar la inmigración irregular. Es lo que Trump ha conseguido también de Colombia. En el caso de China, de momento la situación es diferente, porque Pekín ha anunciado tarifas del 10 y del 15 por ciento para algunos productos estadounidense.

Es difícil hacer un pronóstico de cómo acabará esta guerra comercial. Por lo pronto se esperan caídas en las bolsas. Las tarifas pueden provocar más inflación en Estados Unidos, subidas del precio del dinero para evitarla y un encarecimiento del crédito que provoque un menor crecimiento de la economía. Fue precisamente la percepción que tenían los estadounidenses sobre el encarecimiento de la vida lo que ayudó a que Trump ganara las elecciones.

Una guerra comercial puede ser lesiva especialmente para los que ahora se conocen como Países menos desarrollados. El comercio de bienes entre diferentes regiones mundiales, una vez que se aplican medidas para que no se convierta en una forma de explotación de los países más pobres, sirve para crear riqueza y puede ayudar a compensar las desigualdades.

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