'Línea Editorial'
La corrupción no es todo
Las sospechas sobre ex presidente de la Generalidad valenciana, Eduardo Zaplana, se refieren a hechos muy lejanos en el tiempo, pero no por ello dejan de pesar en la conciencia social.
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
El nuevo “caso Zaplana” se añade a los casos de corrupción vinculados al ejercicio del poder político que se acumulan en los tribunales, provocando hartazgo y desconfianza en las instituciones. Es una patología que acompaña el recorrido de nuestra democracia desde la última época del PSOE de Felipe González y que ha golpeado a todos los partidos con responsabilidades de Gobierno, que se ha cebado especialmente en comunidades como Andalucía, Madrid y Valencia.
Las sospechas sobre ex presidente de la Generalidad valenciana, Eduardo Zaplana, se refieren a hechos muy lejanos en el tiempo, pero no por ello dejan de pesar en la conciencia social, recordándonos que este mal no fue adecuadamente combatido ni atajado en su momento. El riesgo que corremos es la construcción de una imagen falsa en la que la corrupción ocupa todo el escenario. No es así. Junto a este carrusel de casos que nos abruman e irritan, debemos recordar que en los últimos decenios la política también ha servido a la mejora de nuestra vida social, a la prosperidad y al fortalecimiento de nuestro país.
Por otra parte nuestra democracia tiene mecanismos para depurar sus patologías, disponemos de una Justicia independiente que actúa sin mirar a izquierda ni a derecha. Tendremos que mejorar esos mecanismos y, sobre todo, recuperar el verdadero ideal de la política como servicio al bien común. Pero no caer en un pesimismo autodestructivo, tan letal como carente de realismo.