Cuidar la relación con las Iglesias de Hispanoamérica

Con la mirada puesta en los jóvenes celebra este domingo la Iglesia en España el Día de Hispanoamérica. España sigue enviando allí misioneros como ningún otro país, con nada menos que 9.000 a día de hoy. Pero se trata de una realidad cambiante según las circunstancias. El director de las Obras Misionales Pontificias, Anastasio Gil, se plantea el futuro de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, la OCHSA, a punto de celebrar su 70 aniversario. El protagonismo que tuvo la institución ha cedido paso a las delegaciones diocesanas de misiones, por lo que se hace necesario cierto replanteamiento de funciones. Lo cual pasa, por ejemplo, por ofrecer formación a los sacerdotes latinoamericanos antes de que les sean asignados en España encargos pastorales.

Lo que no cambia es el principio básico de que la Iglesia es misionera o no es Iglesia. No se trata solo de reasignar recursos humanos en función de las necesidades, al modo de una empresa multinacional. La fe católica tiene una proyección universal y el dinamismo misionero es un indicador del vigor de las comunidades, que se enriquecen con el dar y el recibir en un intercambio de dones que, en el caso concreto de España, tiene como contraparte privilegiada a las Iglesias del otro lado del Atlántico, una relación que el Día de Hispanoamérica anima a seguir cultivando.