Daño a la democracia

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El teléfono móvil del fiscal general del Estado se ha convertido en un objeto de deseo. Mejor dicho, los que son objeto de deseo son los mensajes de contenido sensible que García Ortiz ha decidido eliminar. Su cuenta de correo electrónico personal también ha albergado correos de contenido sensible que afectaban al abogado de González Amador y al fiscal del caso. Dice la Fiscalía General que el borrado cíclico está previsto en una circular interna y que eso es lo que explicaría el esmero de García Ortiz. Llama la atención que el fiscal general desconozca que la policía dispone de métodos y herramientas para recuperar información perdida. García Ortiz tendrá que explicar lo sucedido. En realidad, lleva tiempo guardando silencio sobre un caso que le afecta y que mancha el honor de la magistratura que representa.

Si desde el Gobierno se quiere acabar con Isabel Díaz Ayuso hay que buscar a la mejor candidata o candidato para que se bata en duelo electoral con ella. Usar las instituciones del Estado a favor de parte y pervertir la razón de ser de la fiscalía no es bueno ni para la democracia ni para el propio gobierno. Quizás a algunos les sea útil a corto plazo, porque permite mantener la gresca política. Pero la corrupción mina los cimientos de la democracia y provoca desconfianza. La fortuna es que, mientras tanto, las fuerzas de seguridad y los órganos judiciales, avanzan con la ley en la mano.