Madrid - Publicado el - Actualizado
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Maduro sigue cosechando éxitos. Se trata de algo desconcertante y desalentador. El mundo sabe qué pasa en Venezuela, las imágenes y las noticias que de allí nos llegan no mienten, la población carece de lo necesario, la violencia campa a sus anchas y el chavismo actúa con total impunidad. Y sin embargo Maduro, un político incapaz, sigue al frente del Gobierno sin que se mueva ni una coma del guión chavista.
El último episodio han sido las elecciones municipales del pasado domingo. El oficialismo se ha impuesto en la mayor parte de las alcaldías y revalida su victoria en las ciudades más importantes del país. La clave puede ser, sin duda, la participación. Solo un 47% del censo electoral ha acudido a las urnas. Sumemos a esto que la oposición reunida en la MUD ha decidido no participar, para deslegitimar al chavismo y denunciar la inconstitucionalidad de los comicios.
La cuestión es que Maduro va preparándose un lugar preferente cara a las presidenciales de 2018. Las negociaciones con la oposición en República Dominicana no están dando frutos. El primer problema es la fragmentación de las fuerzas democráticas, que una vez más van a sentarse en una mesa para negociar una salida institucional. Es desalentador, pero no parece haber otro camino.