El discurso del Rey ante los Embajadores
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Madrid - Publicado el
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En este momento político en que operan poderosas fuerzas disgregadoras que provocan una importante erosión institucional, la palabra del Rey Felipe VI adquiere un valor sustancial como garante de la arquitectura constitucional de nuestro sistema democrático. Hoy la Constitución, fruto del consenso, pretende ser reformada por la vía de los hechos a partir de una más que discutida teoría creativa del derecho. En este sentido, el discurso pronunciado el Rey ayer en la Conferencia de Embajadores, ante 130 diplomáticos de nuestro país, no debe pasar inadvertido ni olvidarse.
Felipe VI recordó que la democracia no es sólo la conquista de una ocasión histórica, “sino el fruto de una exigente y delicada labor diaria”. Además, insistió en que la democracia implica “el acatamiento de sus normas y el respeto a sus valores y equilibrios como la tolerancia, el pluralismo, la separación de poderes, la transparencia y la rendición de cuentas”.
Esa descripción por parte del Rey de los valores que están en la base de la democracia no es casual. Tampoco lo es el subrayado de la transparencia y la rendición de cuentas como antídotos contra la corrupción. Se trata de exigencias que hay que reclamar a cualquier servidor público. El Rey Felipe VI, una vez más, ha elevado el listón de nuestra vida política y de la conversación pública. Ahora es necesario que los interpelados asuman la propuesta y estén a la altura.