Línea Editorial 2/2/02025

La Doctrina Social no entiende de colores políticos

Unos días han bastado para el primer encontronazo entre los obispos de EE.UU. y la Administración Trump. El motivo ha sido la política migratoria

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Unos días han bastado para el primer encontronazo entre los obispos de EE.UU. y la Administración Trump. El motivo ha sido la política migratoria. Las discrepancias vienen de atrás. Lo novedoso ha sido el tono populista del vicepresidente Vance, quien ha acusado a la Iglesia de llevar a cabo programas con población migrante por puro interés económico. El cardenal Dolan ha mostrado su decepción por las palabras de Vance, quien se declara católico, y con quien el arzobispo de Nueva York mantiene una buena relación. Lo primero que ha hecho la Iglesia ha sido ofrecer las cuentas de sus programas de acogida y apoyo a población migrante, que no solo no le reportan beneficios, sino que le generan gastos, puesto que las subvenciones que recibe no cubren el coste real.

La Iglesia asume como parte de su obligación en defensa de los derechos humanos lo que para Vance supone dar cobijo a criminales y negarse a colaborar con la justicia. Argumentos de trazo tan grueso reflejan el malestar de la Casa Blanca por las críticas de los obispos y del propio Papa a las deportaciones masivas iniciadas por Trump. Se trata de un tema muy sensible para los católicos de EE.UU., no menos, por cierto, que cuestiones como la defensa del matrimonio, la libertad de conciencia o el derecho a la vida desde la concepción que, con igual firmeza, han defendido los obispos cuando otras Administraciones han puesto en entredicho. La doctrina social de la Iglesia, nuclear siempre en el magisterio de los obispos de EE.UU., no entiende de colores políticos, pero parece que a esta Administración se le atraganta.

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