¿A dónde mirar cuando el mal nos golpea?

Ya puedes escuchar la Línea Editorial de esta tarde del 18 de noviembre

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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En el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de los obispos españoles, Monseñor Argüello ha fijado la mirada en el asombro dolorido que, tras la riada sufrida en diversos puntos de España, aún no ha desaparecido de nuestros ojos. La tragedia inmensa y el desgarro nos empujan todavía a preguntarnos, entre lágrimas, hacia dónde mirar, dónde encontrar la salvación, quién tiene la culpa o quién hace justicia a los muertos. Una mirada estrecha nos encerraría en un uso calculador y politiquero de todo lo que ocurre, pero, como ha querido subrayar el presidente de la Conferencia Episcopal, ni el Estado ni el mercado ofrecen respuestas de salvación, aunque a menudo se presenten como salvadores que pueden cumplir lo que prometen. Reducidos a consumidores y votantes, mercado y Estado nos proponen el mito de progreso como modelo de salvación, y obviamente esto al corazón del hombre no le basta. Uno y otro necesitan del don para regenerarse y abandonar toda pretensión mesiánica.

La fraternidad ejercida estas semanas es un indicador de la bondad que anida en el alma humana como la respuesta adecuada a nuestra vulnerabilidad irremediable. Muchos están descubriendo en estos días que en la entrega de la vida se descubre el secreto de su significado. La DANA nos ha golpeado, ciertamente, como un acontecimiento catastrófico. Deberíamos entender que a lo que nos llama una tragedia de tal calibre es a ensanchar la razón y el corazón, para actuar con humildad y cultivar la esperanza y la paciencia activas, del que sabe que solo Dios basta y que, precisamente por eso, hemos de empeñarnos en construir su Reino aquí y ahora, en medio del gozo y de la desolación que siempre van a estar presente en nuestras vidas.