El futuro de Irak en juego

Los iraquíes irán mañana a las urnas. Después de años y años de guerra, podrán elegir en una calma relativa a 329 diputados. A las elecciones concurren un total de 6.982 candidatos y 204 partidos políticos agrupados en un total de 27 coaliciones. Pese a esto, parece que la intención de voto, según las comunidades de pertenencia, está bastante clara: chiíes, suníes y kurdos votarán a sus respectivos candidatos, aunque la campaña, señalan los expertos, no se haya centrado en la cuestión identitaria.

Lo realmente importante de estas elecciones es que la ciudadanía iraquí tiene en sus manos la posibilidad de orientar la política nacional hacia la estabilidad y la independencia. De lo que suceda mañana dependerá, en buena medida, que las amenazas de Daesh, que en campaña ha atentado y asesinado en Mosul, sean definitivamente neutralizadas, y que Irak no se convierta en un segundo Líbano.

Irán pugna por convertirse en una potencia en Medio Oriente y su influencia real en la política iraquí, en la vida de Siria, Yemen y el Líbano, es bien conocida. De ahí la importancia de lo que suceda en Irak, de quién sea elegido Presidente del nuevo Gobierno y del papel que en Irak jueguen los políticos chiítas. A la espera del resultado, la convocatoria electoral en Irak no es solo una buena noticia, es ya un triunfo.