'Línea Editorial'
La guerra se hace crónica en Siria
Es absolutamente reprobable que el régimen de Bachar Al Assad haya podido utilizar armas químicas para acabar con los últimos reductos de yihadismo que resistían junto a Damasco.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El bombardeo de Israel en Siria es una mala noticia. Durante los más de siete años que dura ya el conflicto en el martirizado país de Oriente Próximo, Israel se había mantenido al margen. Desde luego es absolutamente reprobable que el régimen de Bachar Al Assad haya podido utilizar armas químicas para acabar con los últimos reductos de yihadismo que resistían junto a Damasco. Los medios que utiliza el régimen con frecuencia para combatir, no una oposición democrática, que desapareció hace mucho tiempo, sino a los grupos terroristas residuales no son aceptables.
Pero la intervención israelí no responde a intereses humanitarios. El yihadismo en Siria ha sido vencido, en gran medida, gracias a la intervención de las milicias chiíes iraníes y del ejército ruso. Israel teme que el fin del conflicto suponga un mayor peso de Irán en la zona y una pérdida de la influencia de su actual socio, Arabia Saudí.
El bombardeo puede ser el signo de que la guerra se ha crónica con la intervención de nuevos actores. Todo ello después de que se haya pagado un altísimo precio en vidas. La coalición internacional liderada por Estados Unidos asiste, como en otras ocasiones, a una complicación de la situación sin tener una estrategia. Hace solo unos días Trump anunciaba que había llegado la hora de que sus tropas salieran del país. Estados Unidos parece querer marcharse sin haber solucionado uno de los muchos conflictos nuevos que han surgido de la guerra de Siria, el provocado por su apoyo a los kurdos.