La hora de la verdad para Sánchez

Parece evidente que el Gobierno que perfila Pedro Sánchez va a tener un triple objetivo. Por un lado no añadir más incertidumbres en Europa de las que ya ha suscitado Italia; en segundo lugar la paralización del proceso separatista catalán y, por último, la aceleración de la ingeniería social iniciada con el Gobierno de Zapatero para contentar a sus bases. Todo va a depender de los apoyos de la mayoría parlamentaria que le ha dado el poder para cada una de las medidas que tiene en mente. Y lo lógico es esperar que, en el tema catalán, cuente con la lealtad de los partidos que defienden la unidad de España y el rechazo de los separatistas, mientras que en la política social y de igualdad consiga el respaldo necesario para sacarla adelante frente a las objeciones naturales del Partido Popular.

Le toca a la oposición del Partido Popular, una vez renovado, y de Ciudadanos, seguir con lupa cada una de las medidas que adopte el Gobierno y ofrecer una alternativa. Resulta prematuro, pronosticar un caos parlamentario que haga inviable la tarea del Gobierno que va a nacer. Incluso puede darse una asombrosa paradoja: que ahora sería posible aquélla “gran coalición” que propuso Mariano Rajoy con la negativa de un Sánchez empeñado entonces en su “no es no”. Se recuperaría así el consenso necesaria para impedir imposiciones ideológicas contrarias a la convivencia de la sociedad.