J.L RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL
La irresponsable decisión de Donald Trump
Satisfacer a su electorado y a los lobbys judíos no da derecho poner en peligro la vida de millones de ciudadanos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Presidente de Estados Unidos ha abierto la caja de los truenos. Se ha enfrentado a la Unión Europea, a Turquía y a sus aliados en Oriente Medio y lejos de apaciguar los ánimos con Irán ha conseguido despertar más recelos, al mismo tiempo que ha puesto a Jordania en una posición terriblemente delicada. La decisión de trasladar la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén es una provocación que rompe decenios de negociaciones y acuerdos aquilatados a fuego.
Israel puede desear a Jerusalén como capital de su Estado pero el hecho de que la diplomacia internacional y la sociedad internacional aceptaran la creación del Estado palestino y la doble capitalidad, atemperaba sus ánimos. Todo ha cambiado en pocas horas. El Consejo de Seguridad ha convocado una reunión de emergencia porque, incluso el Reino Unido, disiente de su gran aliado. ¿En qué y en quiénes estaba pensando Donald Trump cuando decidió trasladar la Embajada a Jerusalén? Satisfacer a su electorado y a los lobbys judíos no da derecho poner en peligro la vida de millones de ciudadanos. La responsabilidad del líder de un país como Estados Unidos va más allá de la política interna. Sin embargo, Donald Trump no parece dispuesto a valorar ni las consecuencias de sus actos, ni a asumir los deberes internacionales propios de su cargo.