Madrid - Publicado el - Actualizado
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El juicio al mayor caso de corrupción de la historia de la democracia española, el denominado de los ERES falsos, ha comenzado esta mañana en la Audiencia Provincial de Sevilla con la lectura de un escrito de cuarenta y cuatro páginas por parte de la Fiscalía anticorrupción. En primera fila han escuchado las acusaciones los expresidentes de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y varios exconsejeros de los gobiernos socialistas. Las astronómicas cifras del dinero defraudado y la implicación de todo un entramado oficial que implica a cerca de doscientas personas, convierten este caso en un proceso contra una forma clientelar de entender el servicio público por parte del socialismo andaluz durante cerca de veinte años.
Como ha demostrado el proceso de instrucción, no se trata de actuaciones espontáneas de personas sin escrúpulos, sino que se diseñó una trama para beneficio de algunas personas y para alimentar una red clientelar, algo que no tiene nada que ver con un sistema de distribución equitativa de ayudas sociales a las personas que acababan de quedarse en paro. Una trama de la que deben deducirse responsabilidades políticas que afectan a los socialistas que han gobernado ininterrumpidamente en esa comunidad autónoma. Ésta es también una forma perversa de corrupción, que afecta a un partido que con frecuencia usa esta lacra como arma arrojadiza contra sus adversarios, pero que tampoco está en condiciones de tirar la primera piedra.