Juicio al mayor caso de corrupción en España

El caso de los ERE lleva años coleando en España. Esta semana se inició lo que algunos medios de comunicación llaman la parte política del Juicio. Los Ex Presidentes de Andalucía, José Antonio Griñán y Manuel Chaves, han estado tres meses sentados en un banquillo en el que comparecen acusados de tramar una red de corrupción que repartió 855 millones de euros con afán clientelar, en lugar de destinarlos, conforme a la ley, a paliar los efectos de un desempleo endémico en la región.

Parece difícil creer a los encausados, que repiten una y mil veces que no sabían nada, que se enteraron por los medios de comunicación y que son inocentes de una de las causas penales más grave por delitos de corrupción política. En un juicio penal como el del caso de los ERE no se juzgan la bondad o maldad de los encausados, sus buenas o malas costumbres. El juicio implica un proceso de instrucción y la acumulación de indicios delictivos.

Griñán, que esta semana ha ratificado su declaración, puede ser una excelente persona, pero lo que se juzga es si cometió un delito. Ni más, ni menos. Y no valen los circunloquios. El fraude existió y tiene responsables que deben pagar por él, política y penalmente.