LÍNEA EDITORIAL
Las esperanzas de paz se alejan
"La gran pregunta es quiénes serían los interlocutores, cuando la mayoría de los opositores a Asad son aliados del yihadismo"
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Desde ayer se discute en Naciones Unidas una resolución presentada por Francia sobre la necesidad de emprender una ofensiva diplomática para tratar de resolver el enrevesado conflicto de Siria. Si han de creerse las explicaciones de los aliados occidentales, la operación de castigo contra el régimen de Bachar El Asad por el supuesto ataque con armas químicas contra el último reducto rebelde de Guta oriental, tenía por objeto, en última instancia, el desbloqueo de las negociaciones de paz en Ginebra. Pero esta iniciativa, que tratará de la ayuda humanitaria a la población civil, de crear un nuevo organismo independiente para el control de las armas químicas y de las negociaciones de paz, tiene en frente a una Rusia cada vez más hostil hacia Occidente y que se había propuesto monopolizar el proceso negociador con el apoyo decisivo de Irán.
La gran pregunta es quiénes serían los interlocutores, cuando la mayoría de los opositores a Asad son aliados del yihadismo. Por otra parte, la guerra civil en Siria se ha convertido ya en el escenario de una guerra en la que se dirime la hegemonía ruso-iraní en la región frente a las ambiciones saudíes apoyadas por los aliados occidentales. Unos y otros han atizado la guerra por acción y omisión. Por desgracia, las esperanzas de una solución que establezca la paz y el derecho en la región están más lejos que nunca.