Los mensajes de Puigdemont

La revelación de los mensajes que Carles Puigdemot ha enviado al diputado de Esquerra Toni Comín supone un antes y un después en el desbaratado proceso secesionista. En esos mensajes, el expresidente de la Generalitat reconoce que “esto se ha acabado” y que “el plan de Moncloa triunfa”, a la vez que confiesa: “los nuestros nos han sacrificado, al menos a mí”. Estos mensajes se enviaron en el mismo momento en el que Puigdemont anunciaba, mediante un comunicado en las redes sociales, que continuaba con su empeño de seguir siendo candidato a la investidura. Un mínimo sentido de la responsabilidad y del decoro, deberían llevar a Puigdemont a facilitar una salida para Cataluña, renunciando a su imposible pretensión de presidir la Generalitat mientras no rinda cuentas a la Justicia.

De momento ha vuelto a enrocarse, diciendo que esos mensajes responden a que, como todo hombre, a veces duda, pero que superado el bache piensa seguir adelante. Pero ya casi nadie se cree las bravuconadas de Puigdemont, seguramente ni siquiera él mismo. A estas alturas, con los procesos judiciales abiertos y la doctrina del Constitucional en plena efervescencia, ya no se trata solo de la división que ha provocado en el bloque secesionista. Todo el mundo entiende que este absurdo que mantiene en jaque la vida política y social de Cataluña y de España tiene que acabar ya, y dar paso a una nueva etapa de normalización institucional. Incluso Puigdemont lo entendió, aunque ahora dé tercamente marcha atrás.