Mantener la serenidad y el Estado de Derecho

El control de los medios de comunicación públicos en Cataluña es de tanta importancia que el reparto de cuotas de influencia sobre los mismos parece haber facilitado o propiciado un pacto de investidura. Esta semana, según todos los pronósticos de ERC, se hacía absolutamente necesario cerrar el acuerdo de investidura. Y así parece que podría ser si a última hora, no se tuercen las voluntades. El elegido parece ser Jordi Sánchez.

El acuerdo a favor del líder de la ANC, actualmente en prisión, permite que la presión sobre el Estado se mantenga. El hecho de estar encarcelado suma dramatismo a la situación y permite que Puigdemont siga ostentando una especie de poder carismático que es lo que el independentismo necesita para seguir vivo y presente en la sociedad catalana.

La ecuación sería perfecta si no fuera porque Sánchez puede acabar inhabilitado, una vez que se sustancie el juicio por el intento de golpe de Estado. Así pues la historia carece de final feliz, más allá de los actos de exaltación en Bruselas y de alguna que otra declaración grandilocuente en sede parlamentaria. Estamos ante un proceso abocado al fracaso, que consume energías, dinero y recursos. El final aún no se vislumbra, así que se necesitan corredores de fondo para mantener la serenidad y el Estado de Derecho. Por cierto, es lo que más necesita Cataluña.