Las miradas del Sínodo

Ya puedes escuchar la línea editorial de este domingo 6 de octubre de 2024

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Este domingo, primero del mes del Rosario, el Papa ha querido que la oración por la paz marque el tono de la asamblea final del Sínodo de la Sinodalidad. Con la mirada puesta en las heridas del mundo se afronta el tramo final de este recorrido, en el que la Iglesia de todos los continentes ha vivido un proceso participativo de gran intensidad.

La necesidad de purificación fue puesta en primer plano esta semana, con una vigilia penitencial, dejando claro que la Iglesia no puede tolerar que se oscurezca el anuncio del Evangelio por mirar hacia otro lado cuando personas que dicen actuar en su nombre han cometido los más graves abusos. El examen de conciencia se ha centrado, sin embargo, más bien en lo cotidiano, con una revisión a fondo de las relaciones interpersonales en diócesis y parroquias, que no siempre son todo lo fraternales que deberían.

El proyecto sinodal hacia el que quiere avanzar el Papa es una vuelta a las raíces y un apremio a la conversión, como lo es, en realidad, toda reforma en la Iglesia. No se trata de hacer avanzar la propia agenda en una pugna entre distintas sensibilidades. Francisco ha pedido no perder el foco de la misión, estéril cuando no hay comunión. Todo, desde la conciencia de que el mensaje de la Iglesia a menudo genera incomprensiones. Para muestra, el ruido que sigue originando la rotunda defensa del Papa en Bélgica del derecho a la vida, un recordatorio de que el Evangelio es siempre signo de contradicción.

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