Otro modelo para regular las migraciones

Los europeos no podemos olvidar frente a este reto lo que nos hace ser europeos: el respeto por cada persona

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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La política de migración del gobierno Meloni se ha puesto en los últimos días como un modelo que conviene imitar, porque la llegada de migrantes a Italia se ha reducido de forma significativa. Pero se ha logrado a un precio altísimo en términos de derechos humanos. El gobierno italiano llegó a un acuerdo hace un año con Albania que permite que los migrantes que llegan a Italia sean expulsados a ese país, y allí sean ingresados en centros de acogida que son, más bien, centros de internamiento. Las personas que desembarquen en Albania quedarán detenidas de forma automática por un periodo que puede llegar a ser de 18 meses. La fórmula supone una negación del acceso a un procedimiento de asilo justo con garantías procesales.

Esta fórmula la estaba utilizando ya la UE con Turquía y con Túnez. Con Túnez existe un acuerdo para que controle la salida de migrantes, que en su mayoría se dirigían a Italia. A cambio de una cantidad de dinero, el Gobierno de Túnez restringe esas salidas. Una investigación del periódico británico The Guardian ha revelado que la Guardia Nacional Tunecina, en ocasiones, golpea y abandona a los migrantes en el desierto, sin comida y sin agua, lo que puede condenarlos a muerte.

Los movimientos migratorios tienen que ser encauzados, se deben favorecer entradas seguras y fórmulas de desarrollo que no obliguen a muchos a salir de sus países. Y, sobre todo, los europeos no podemos olvidar frente a este reto lo que nos hace ser europeos: el respeto por cada persona.

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