¿Preludio de una guerra abierta?

La operación llevada a cabo en suelo libanés  reduce las posibilidades de avanzar hacia un alto el fuego

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El Gobierno de Israel ha decidido llevar adelante una guerra sin cuartel contra sus enemigos principales. El grupo radical Hezbolá, de obediencia iraní, compró 5.000 buscapersonas a una empresa taiwanesa y los servicios de inteligencia israelí consiguieron manipularlos antes de que llegaran a su destino para que explotaran en suelo libanés. Esta operación, que pone de manifiesto la audacia y habilidad de los servicios secretos israelíes, ha causado la muerte a nueve personas y ha dejado heridas a otras 3.000. Israel ha demostrado que conoce todos y cada uno de los movimientos internos de Hezbolá y que no hay límites en su capacidad para atacar a este grupo que, por su parte, ha usado el ataque para reforzar su pleno apoyo a Hamás en Gaza y confirmar su plena disposición a continuar acosando a Israel.

No puede olvidarse que el ataque perpetrado por Hamás en suelo israelí el 7 de octubre de 2023 supuso la comisión crímenes de lesa humanidad y planteó un riesgo existencial para Israel. Pero la respuesta diseñada por el gobierno de Netanyahu en la Franja de Gaza ha sido claramente desproporcionada y ha supuesto la muerte de miles de civiles inocentes. La espiral de violencia no hace más que crecer y no parece que haya posibilidad de cortar el nudo. El gobierno de israelí no está dispuesto a ceder ni un milímetro en su estrategia de guerra total, a pesar de las críticas internas. De hecho, la operación llevada a cabo ayer aumenta el riesgo de una guerra abierta en suelo libanés y reduce las posibilidades de avanzar hacia un alto el fuego que abra paso a soluciones de futuro en la zona, cada vez más alejadas.

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