Línea editorial 28/11/2024

El PSOE que quiere Pedro Sánchez

Pedro Sánchez no podía permitir que el Congreso Federal del PSOE, que se celebra este fin de semana en Sevilla, comenzara sin tener resuelto el último conflicto interno, el protagonizado por Juan Lobato.

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Pedro Sánchez no podía permitir que el Congreso Federal del PSOE, que se celebra este fin de semana en Sevilla, comenzara sin tener resuelto el último conflicto interno, el protagonizado por Juan Lobato. Y tenía que resolverlo sin que hubiese dudas sobre su victoria, y dejando un claro mensaje a cualquiera que ose desafiar su estilo y su liderazgo.

El PSOE llega Sevilla en medio de profundas turbulencias. No hay día en el que no se abra un nuevo frente judicial en el entorno del Presidente. Pero, sobre todo, llega con un patrón en la forma de hacer política, que incluye la exhibición y abuso de poder del líder y el silenciamiento de cualquier crítica. Sánchez se ha fijado dos objetivos en Sevilla: la neutralización de los varones regionales díscolos y la búsqueda de la complicidad del partido en su proyecto de tintes personalistas. Complicidad que lo será también respecto a los casos de corrupción, si no se manifiesta lo contrario.

Por eso no sorprende que los líderes regionales que fueron críticos con la conformación de la mayoría Frankenstein, que se opusieron a la Ley de Amnistía y a la sumisión ante las demandas de los socios independentistas, o ya no están en primera línea o son objeto de acoso y derribo. Con la defenestración de Lobato, la salida de Lambán y los movimientos en torno a Tudanca, sólo queda el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, como figura que pueda perturbar la imagen de un Congreso a la búlgara, sin ninguna disidencia. Veremos si dispone de algún margen

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