Sánchez reitera su docilidad con Puigdemont
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Madrid - Publicado el
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La dependencia de Pedro Sánchez de Carles Puigdemont ha marcado toda la legislatura. El interés privado de estas dos personas ha pautado el rumbo político en nuestro país y ha establecido un marco en el que la integridad del Estado de derecho se ha convertido en moneda de cambio. La premisa que lo ha hecho posible es tan sencilla como letal: el presidente del Gobierno necesita al prófugo de la justicia tanto como el líder de Junts requiere de Sánchez para seguir obteniendo privilegios. Conforme avanzan los meses, el independentismo ha ido aumentando el precio de su apoyo y el PSOE ha ido administrando nuevas concesiones. Tanta es la dependencia que tiene el Gobierno de los independentistas que la mesa del Congreso ni siquiera se ha atrevido a tumbar la proposición no de ley con la que los de Puigdemont promovían que Sánchez se sometiera a una moción de confianza. El PSOE y Sumar podrían haber rechazado la iniciativa, pero han preferido congelar el trámite para ganar tiempo negociador.
El Gobierno está en una situación de extrema debilidad parlamentaria, pero esta circunstancia crítica es la que le permite a Junts mantener su provechoso chantaje. Mientras Sánchez siga haciendo concesiones, Puigdemont no tendrá ningún incentivo para hacer caer a este Gobierno. Existirán amagos, amenazas y una cierta dramaturgia de discordia, pero tanto a Sánchez como a Puigdemont les interesa personal y políticamente seguir manteniendo este insólito escenario tan contrario al bien común.