'Línea Editorial'
Siria martirizada
El uso desproporcionado de la fuerza que practica el régimen de Assad no puede hacernos olvidar algunos elementos que la prensa occidental no destaca suficientemente.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Es una buena noticia que Rusia haya aceptado en las últimas horas la apertura de un corredor humanitario que alivie la situación de la población de Guta, el barrio situado a las afueras de Damasco. Según algunas fuentes, los ataques del ejército del régimen de Bashar al-Ásad han provocado en los últimos días más de 500 muertos. El uso desproporcionado de la fuerza que practica el régimen de al-Ásad no puede hacernos olvidar algunos elementos que la prensa occidental no destaca suficientemente. Guta es un barrio controlado por yihadistas desde el que se han venido lanzando sistemáticamente ataques terroristas contra la población civil de Damasco.
La guerra que comenzó hace ya siete años en Siria no es una guerra entre rebeldes democráticos y un régimen dictatorial, es una especie de guerra mundial a pequeña escala. Los yihadistas, reducidos ya a la bolsa de Guta y otras semejantes, han estado apoyados por Arabia Saudí, socio a su vez de Israel. La intervención reciente de Tel Aviv en el conflicto busca restar fuerza al chiísmo de Iraq e Irán. Si ahora Rusia se ha convertido en un sujeto decisivo es por los errores y la falta de un proyecto claro de Europa y Estados Unidos.
Siria se sigue desangrando, no sólo en Guta. Cuando la guerra parecía estar concluyendo, se abierto un nuevo frente con la entrada de Turquía en Afrin para combatir a los kurdos. Demasiado sufrimiento durante demasiados años, demasiados intereses sobre Siria. Y a menudo, mucha información parcial.