La Corona española y la primera globalización

El Rey Felipe VI ha inaugurado hoy en la ciudad cacereña de Trujillo el Encuentro de Academias Hispanoamericanas de la Historia

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El Rey Felipe VI ha inaugurado hoy en la ciudad cacereña de Trujillo el Encuentro de Academias Hispanoamericanas de la Historia. Y lo ha hecho elogiando la diversidad, que es una de las notas características del mundo iberoamericano al que ha definido como “cultura de culturas”. Y lo ha hecho con tanto realismo que se ha permitido subrayar que la hondura de las relaciones entre los pueblos de Iberoamérica “nos permite, incluso, hablar con franqueza de nuestras posibles discrepancias, desde el respeto basado en la amistad».

La sede escogida ha sido el Palacio de los Barrantes-Cervantes, sede de la Fundación Obra Pía de los Pizarro. Junto a él estaban la directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, la ministra de Educación, Pilar Alegría, y María Guardiola Martín, presidenta de la Junta de Extremadura, así como representantes de 13 países de Iberoamérica, incluidos, por supuesto, representantes de México.

El reconocimiento de una historia compartida y común no puede ser ni un mito ni una leyenda negra. A este lado del hemisferio, en España, no se ha valorado el estudio de esa historia común. En el otro hemisferio no ha sido así. Sin embargo, desde hace unos años, los movimientos identitarios han optado por reavivar un falseamiento de la historia que desconoce no solo lo que sucedió a partir del siglo XV, sino sus consecuencias. Y una de estas es que la Corona española promocionó la que «ha dado en llamarse la primera globalización». Esta es la que ha permitido, hasta el día de hoy, compartir lengua, cultura y, en definitiva, una forma de entender la vida que nos sigue uniendo pese a la ceguera de algunos gobernantes.

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