La crisis política que asoma en Alemania

La socialdemocracia alemana respira aliviada tras salvar por los pelos la primera plaza en su feudo de Brandemburgo

Olaf Scholz en Nueva York
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Escucha la línea editorial de la mañana del martes 24 de septiembre de 2024

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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La socialdemocracia alemana respira aliviada tras salvar por los pelos la primera plaza en su feudo de Brandemburgo. Para cualquier observador imparcial, no parece haber mucho que celebrar. Es el tercer excelente resultado de la extrema derecha en solo unas semanas. Las tres elecciones se han celebrado en el este, pero especialmente Brandemburgo y Sajonia presentan características demográficas que no permiten despachar el asunto como un fenómeno local atribuible a la desafección en la antigua RDA y a sus votantes mayores nostálgicos del antiguo régimen. El canciller Scholz, ocultado por los suyos en la campaña, es vecino de Postdam, la capital de Brandemburgo, igual que su ministra de Exteriores, colíder de Los Verdes, formación que pasa de formar parte del gobierno regional a no conseguir entrar en el Parlamento. Los Verdes lo achacan al voto útil. Es lo que le ha sucedido a la conservadora CDU, relegada a un humillante cuarto puesto por la nueva formación de izquierda radical que comparte ideario con la extrema derecha en inmigración. Este cúmulo de circunstancias puede servirle al canciller para que nadie reclame ahora su cabeza, a un año de las elecciones federales. La CDU, por su parte, cierra filas en torno a Friedrich Merz, en lo que se perfila como un paseo triunfal hacia la cancillería. Tampoco los democristianos tienen interés en remover lo sucedido estas semanas. Sin embargo, a estas alturas resulta imposible ocultar la crisis en el sistema de partidos alemán. Sustituir al desprestigiado Scholz por Mertz seguramente aliviará la situación, pero no va a resolver el problema.

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