Dramático giro de tuerca en Rumanía

El Tribunal Constitucional de Rumanía dio ayer un dramático giro de tuerca a la crisis política en este país al ordenar un recuento de los votos en las elecciones presidenciales. De manera totalmente inesperada, hace unos días quedó en cabeza en primera vuelta un candidato populista y aliado del Kremlin, Calin Georgescu, quien podría además ser descalificado por financiación irregular y posible campaña de manipulación orquestada por Rusia en las redes sociales.

La UE ve con gran preocupación estos acontecimientos en uno de sus estados miembros, como prueba de la capacidad desestabilizadora de Vladimir Putin, pero también de la facilidad con la que las sociedades europeas pueden ser presa del populismo, con consecuencias imprevisibles para los 27. Desde hace meses la Comisión trabaja en lo que denomina herramientas que sirvan de escudo a la desinformación, con especial atención a campañas de guerra híbrida como las que se sospecha que Rusia llevó cabo en el Brexit o durante el “Procès” catalán en España. Es dudoso que sirvan de mucho ese tipo de estrategias, a menos que vayan acompañadas de acciones educativas a medio y largo plazo para promover una ciudadanía crítica en tiempos de la IA.

Nada de esto sirve ya para Rumanía. Desde el bando moderado y europeísta se alzan voces pidiendo inteligencia y cautela en la respuesta, evitando alimentar aún más el fenómeno populista al convertir a Georgescu en un mártir. Este domingo el país celebra elecciones legislativas. Desde Bruselas se va a seguir al minuto el escrutinio.