LÍNEA EDITORIAL
Nos queda tarea por hacer en Afganistán
España tiene un deber de gratitud y una deuda moral contraída con estas personas, a las que no podemos dejar en la estacada
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Se cumple un mes del último vuelo de evacuación de Afganistán. Pasado el primer ciclo de atención informativa y de las habituales promesas políticas que insistían en que no se iba a dejar a nadie atrás, hay que recordar que los problemas en aquel país no han hecho más que comenzar y que todavía quedan allí personas que trabajaron para España.
En COPE hemos podido escuchar los testimonios de algunas familias afganas que se mantienen en tensa espera a la espera de poder ser evacuadas a nuestro país. La mayoría se mantienen encerradas en sus casas, siguiendo lo que pasa por televisión, y solo salen a la calle para conseguir comida y las cosas imprescindibles para vivir. Algunos han vendido todas sus pertenencias y han huido de Kabul a ciudades como Herat, mucho más baratas que la capital, pero reconocen que tampoco allí están seguros, porque los talibanes no dejan de realizar registros ni de investigar a las personas que han trabajado con organizaciones extranjeras.
Estas personas confían en el plan de evacuación que está elaborando el Ministerio de Asuntos Exteriores y esperan tener noticias en los próximos días o semanas. España tiene un deber de gratitud y una deuda moral contraída con estas personas, a las que no podemos dejar en la estacada. Sería intolerable que, una vez oscurecido el foco de la actualidad mediática, las promesas cayeran en el olvido.