Suenan las campanas

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal ha invitado a todas las diócesis a que a la hora del Ángelus suenen las campanas de los templos para invitar a orar a quienes permanecen en casa y hacer llegar, a quienes sirven y trabajan, la ayuda del Señor y el agradecimiento de la Iglesia.

La Iglesia, inserta en el corazón de la sociedad, se hace presente ahora de una manera más que simbólica. El tañer de las campanas es acción de gracias por tantos y recordatorio sonoro de que ahí sigue al pie del cañón, ocupada en fraterna solidaridad, muy especialmente de los enfermos y sus familiares y de todos aquellos que en estos días redoblan esfuerzos para cuidarnos desde los servicios sanitarios, pero también de tantos que pueden naufragar estos días en el sinsentido o la desesperanza.

Por todos ellos ha pedido muy especialmente el Papa Francisco. Ayer, por las calles vacías de Roma, acudió en peregrinación a rezar a la Basílica de Santa María la Mayor y a la iglesia de San Marcelo, ante la famosa imagen del Cristo que fue sacado en procesión para salvar a Roma de la peste en 1522. Esta misma mañana, en la Eucaristía que ha celebrado en su residencia de Santa Marta, el Papa ha recordado que estamos ante una ocasión propicia para pedir al Señor que nos ayude a descubrir nuevas expresiones de convivencia, para sacar lo mejor de nosotros mismos y para dar testimonio del Dios vivo ante tanta gente que es incapaz de vivir con sentido la actual coyuntura.