Línea editorial 15/5/2024

Una emoción política

Javier Lambán, expresidente de Aragón, ha actuado conforme a su conciencia ética y a sus convicciones políticas al no acudir al Senado para votar la ley de amnistía

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Javier Lambán, expresidente de Aragón, senador y secretario general del PSOE aragonés, ha actuado conforme a su conciencia ética y a sus convicciones políticas al no acudir a la sesión del Senado en la que ayer se sometió a votación la Ley de Amnistía. No compareció, ha explicado en carta el senador Lambán, para no prestar apoyo “por activa o por pasiva” a una Ley de amnistía que “vulnera la igualdad de todos los españoles ante la ley; pone en quiebra la separación de poderes, clave de la democracia, y, en última instancia, socava la autoridad moral y política del Estado".

No es una novedad que Javier Lambán discrepe abiertamente de la estrategia liderada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su relación con el independentismo catalán. En sus memorias, tituladas “Una emoción política”, ha querido no solo repasar su vida sino explicar el sentido de su vocación. La coherencia entre las ideas y las conductas es el hilo de la vocación que reivindica. Es difícil saber si los ciudadanos y los electores reconocen el valor simbólico de decisiones públicas como la tomada por Lambán, pero está claro que no abundan los políticos capaces de anteponer su conciencia a la disciplina del partido al que pertenecen. Dirán algunos que se trata de un hombre políticamente acabado. Por encima del éxito inmediato, la decisión de Lambán es de medio y largo alcance. En primer lugar, porque recupera el valor público de la integridad y, en segundo, porque él seguirá al pie del cañón hasta que la federación aragonesa del PSOE tenga un nuevo secretario general. Un gesto como el de Lambán ensancha y oxigena un clima político cada vez más estrecho y contaminado.

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