El realojo de Peironcely 10 allana el camino para que la casa sea un museo de la Guerra Civil

Los inquilinos de este edificio bajo de Vallecas, salvado por las fotos de Robert Capa, cambian infraviviendas por pisos nuevos de la EMVS

La mudanza de Rubi y su familia

Ramón García Pelegrín

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El martes 13 de abril puede ser una fecha clave para el futuro de la famosa casa Peironcely 10. Ese día, el director de Archivos, Bibliotecas y Museos del Ayuntamiento de Madrid, Emilio del Río, recibirá a la plataforma Salvar Peironcely 10 que le presentará su proyecto para convertir la famosa casa, fotografiada por Robert Capa a comienzos de la Guerra Civil, en un museo sobre los bombardeos que sufrió Madrid durante los tres años de contienda. Esta casa baja, construida en 1927 en estilo neomudéjar y ubicada en el distrito de Puente de Vallecas, se encuentra ahora vacía.

Doce de las catorce familias que compartían estas infraviviendas con humedades y ratas en los patios han sido realojadas ya en pisos nuevos de la Empresa Municipal de la Vivienda en el mismo distrito vallecano, tras el proceso de expropiación culminado en febrero con el desembolso de casi novecientos mil euros por parte del Ayuntamiento a los dos propietarios de las viviendas. Otros dos inquilinos han perdido el derecho al citado realojo por tener realquiladas sus casas.

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Las familias que han dejado atrás Peironcely 10 están encantadas con el cambio. Rubi lleva casi toda su vida en España, desde que llegara a Andalucía con sus padres siendo pequeña, desde su Marruecos natal . “Este día no lo voy a olvidar nunca”, nos cuenta con la emoción a flor de sonrisa. “Es un recuerdo para toda la vida. Dejamos atrás este sitio donde hemos vivido durante más de siete años para irnos a vivir a una casa que se puede decir hogar dulce hogar. No me podía imaginar una casa tan bonita. Es un sueño hecho realidad. Mis hijas y yo estamos muy felices de dejar estos veinte metros cuadrados en condiciones muy malas para vivir en una casa como Dios manda”.

También está radiante José María Uría, coordinador de la Plataforma Salvar Peironcely 10, tras años de lucha por evitar la demolición de esta casa histórica en Vallecas. Uría subraya que “para las veinte entidades de la plataforma de Estados Unidos, Francia, Portugal y España se han culminado los dos objetivos que nos habíamos fijado inicialmente. Por un lado, proteger este lugar que tiene una trascendencia universal para la memoria y que sus vecinos hayan tenido por fin acceso a una vivienda digna”. Uría está convencido de que, “allá donde se encuentre Robert Capa, ver que su foto tuvo ese impacto y todo lo que ha logrado pues seguro que lo estará disfrutando y celebrando junto a su mujer Gerda Taro”.

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Nadie podía adivinar en los convulsos años treinta que la vida de muchas personas cambiaría por una fotografía que se publicó en The New York Times en 1937 y en periódicos de Francia e Italia. Capa tomó la instantánea un año antes, en 1936, aunque hasta 1998 no se identificó el lugar donde el fotoperiodista y corresponsal de guerra de origen húngaro, fallecido en Vietnam, disparó su cámara en Vallecas. El responsable fue otro fotógrafo, José Latova; su afortunado descubrimiento salvó el edificio, protegido por el Ayuntamiento de Madrid desde 2017.

Peironcely, 10 es la única vivienda de aquella época que sobrevivió a los bombardeos en Vallecas como describe a la perfección Arturo Barea en La Llama, última parte de la trilogía narrativa autobiográfica La forja de un rebelde. En los años sesenta, se la conocía como la casa de los ricos porque era la única que tenía agua, gracias a un pozo que todavía existe, nos cuenta José María Uría.

Peironcely 10. Antaño una casa de los ricos de la que ahora huyen los pobres.

Queda la memoria.

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