La contaminación se redujo un 41 por ciento en Madrid desde el estado de alarma
El confinamiento y la reducción del tráfico, principales causas, aunque en noviembre han vuelto a subir los niveles de NO2, según Ecologistas en Acción
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Desde el inicio del estado de alarma en el mes de marzo hasta octubre, los niveles de contaminación atmosférica por NO2 en la capital se redujeron un 41 por ciento con respecto a los mismos meses de los diez años anteriores. Es una de las conclusiones de un informe elaborado por Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire en los últimos ocho meses en el que se refleja que el confinamiento propició que los valores de contaminación en los meses de marzo, abril y mayo marcaran mínimos históricos y que mayo fuera el mes con un nivel de contaminación más bajo, con 13 microgramos de NO2 por m3.
Los niveles mantuvieron una tendencia a la baja durante el verano y el principio del otoño pero en noviembre comenzó a subir de nuevo los niveles de este contaminante ligado a las emisiones de los vehículos. “La situación contrasta con los ocho meses anteriores porque hay doce de las veinticuatro estaciones de medición de la capital por encima del nivel permitido”, explica Juan Bárcena, coordinador de calidad del aire de Ecologistas en Acción. Los datos de noviembre “fueron peores que los de 2018 y 2019 y la estación que muestra peores datos es Plaza Elíptica, al borde de superar el valor límite anual”. “De ser así –añade- Madrid vulneraría la legislación europea de calidad del aire”.
Como posibles soluciones, Ecologistas en Acción propone la reducción del tráfico y el fomento del uso del transporte público así como prácticas como “la compra de proximidad, el teletrabajo voluntario o el escalonamiento de horarios”, explica Nuria Blázquez, Coordinadora de Transportes de Ecologistas en Acción. Proponen además la implantación de zonas de bajas emisiones “eficientes que permitan solucionar los problemas de contaminación”.
El informe de Ecologistas en Acción advierte de que la mejora de la calidad del aire conseguida en los últimos ocho meses puede revertirse con facilidad con la vuelta a la actividad económica habitual.