El innovador proyecto del 12 de Octubre para prevenir recaídas en los pacientes con linfoma folicular

Investigadores del Hospital 12 de Octubre crean un test que identifica de forma precoz a pacientes con linfoma folicular en los que fracasará el tratamiento

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El innovador proyecto del 12 de Octubre para prevenir recaídas en los pacientes con linfoma folicular

Mamen Vizcaíno

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El linfoma folicular es el segundo linfoma más frecuente y aunque tiene una alta tasa de supervivencia, hay un 20% de pacientes en los que el tratamiento no funciona. Gracias a esta herramienta predictiva será posible elaborar un tratamiento individualizado con el que se podrían evitar las recaídas. En el caso de los enfermos de alto riesgo, incluso, “terapias más intensivas que logren mejorar su supervivencia”, señala el Hospital 12 de Octubre en una nota.

Actualmente, no se sabe identificar con certeza quiénes van a tener mal pronóstico hasta que recaen, algo que suele ocurrir a los dos años. Gracias a este test, probado tanto al finalizar los 6 ciclos de tratamiento inicial como en medio del tratamiento, “se podría conocer en 15 días el pronóstico de cada paciente”, señala la doctora Ana Jiménez, principal investigadora del proyecto. De esta manera se puede adaptar e intensificar su tratamiento. El fin que se persigue es mejorar su evolución.

El proyecto comenzó en 2019 con 87 pacientes tratados con terapias de inmunoquimioterapia inicial. Tras los primeros resultados, el test permite identificar en un 95 por ciento a los pacientes que tendrán peor evolución. El equipo liderado por la doctora Ana Jiménez pretende, en una segunda fase, aumentar el número de pacientes estudiados e incluir a los que son tratados con las nuevas terapias celulares como las Car-T.

Francisco: “no queda ni rastro del linfoma”

Francisco es un paciente con linfoma folicular que ha sido tratado con terapia de células Car-T. Al principio tuvo muchos problemas porque no daban con el tratamiento adecuado. “Además de la quimioterapia, me daban tratamientos que no eran eficaces porque mi linfoma cambió y era muy agresivo”, dice. Le mandaron a Salamanca a un estudio y le implantaron células Car-T. Un proceso que explica él mismo: “te extraen tus propias células y te las implantan radiadas de nuevo. La mejoría fue prácticamente inmediata”.

Recuerda que estaba bastante mal cuando llegó al hospital, pero fue mejorando poco a poco hasta el punto de que se ha curado del linfoma; “no tengo ni rastro” dice. Sigue en tratamiento y hace una vida “casi normal”.

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