La nutricionista Sandra Moñino explica el peligro tóxico que tiene un tipo de comida del supermercado: "Se esparce por el alimento"

En el podcast 'Con Jengibre y Limón' junto a María Pérez Espín, la experta en nutrición explica el peligro que tiene este tipo de alimento, muy consumido y muy rápido de hacer 

Sandra Moñino y María Pérez Espín explican este peligro oculto

Luis Calabor

Madrid - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

En la era de la rapidez y la comodidad, cada vez tenemos menos tiempo, y los hábitos alimentarios han cambiado drásticamente. Cada vez más personas optan por soluciones rápidas como comida preenvasada y lista para calentar, dejando de lado la preparación casera de los alimentos. 

Este cambio, aunque práctico, plantea preguntas importantes sobre sus efectos en la salud. Los envases plásticos y los procesos de calentamiento se han convertido en una parte común de la rutina diaria, pero pocos consideran los riesgos que esto podría implicar.

EL PELIGROSO HÁBITO DE CONSUMIR COMIDA ASÍ

En el último episodio del pódcast ‘Con Jengibre y Limón’, la nutricionista Sandra Moñino (@nutricionat_ en Instagram) y quien ha ganado especial repercusión por su reto de 3 días de alimentación antiinflamatoria, junto a la periodista María Pérez Espín abordaron una de estas prácticas que, aunque parece inofensiva, esconde peligros desconocidos para muchos: calentar alimentos en bolsas de plástico en el microondas. La conversación reveló el impacto de este hábito en la salud, y cómo pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia.

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La comida precocinada de plástico puede ser un problema si la calentamos en el microondas

La periodista María Pérez Espín comenzó compartiendo una experiencia personal muy contundente. “Te voy a contar una locura que yo hacía antes de ir al acupuntor. Estas bolsitas de verduras que vienen ya preparadas para calentar en el microondas, o las de patatas minis… Yo era de las que las metía directamente en el microondas”. Aunque parecía una solución cómoda, ahora ve esa práctica como un error grave. “El brócoli, por ejemplo, que me comía directamente, lo calentaba en la misma bolsa de plástico. Ahora lo pienso y me echo las manos a la cabeza”, confesó.

El problema no es solo la practicidad de estos productos, sino lo que ocurre cuando el plástico entra en contacto con altas temperaturas. Moñino explicó que, al calentarse, las bolsas de plástico liberan sustancias químicas y microplásticos que contaminan los alimentos. "¿Cuántas cosas te has metido en tu cuerpo? Ya no lo hago, por supuesto. Pero fijaros cuando se derrite ese plástico, que lo suelta todo el microplástico del calentor, se va el alimento que te estás comiendo. . Todo eso se va a la comida que estás consumiendo”, señaló.

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Los microplásticos pueden impregnar nuestra comida sin que nos demos cuenta

LOS EFECTOS DE CALENTAR PLÁSTICO EN EL MICROONDAS

Y es que esto tiene varios efectos. El primero, a nivel de salud. Ese plástico, al coger calor, empieza a liberar compuestos como los ftalatos y el bisfenol A (BPA), que son disruptores endocrinos y pueden alterar el sistema hormonal de nuestro cuerpo. Estas sustancias pueden imitar, bloquear o alterar las hormonas naturales del cuerpo, como los estrógenos, los andrógenos y las hormonas tiroideas. El segundo, es que se produce una contaminación clara para el medio ambiente, debido a que este plástico que luego retiramos puede acabar siendo difícil de remover.

      
             
      

De hecho, Sandra Moñino también compartió cómo esta conciencia ha modificado sus decisiones en la cocina y fuera de ella. “Una vez fui a cenar a casa de un amigo, y me preparó un huevo poché en plástico. Le pedí que, por favor, lo hiciera sin plástico. Me sabe mal ser tan estricta, pero es que lo pienso ahora y me parecde una auténtica locura”, comentó entre risas.

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Es importante no abusar de la comida precocinada, y más si llevan plástico

Por su parte, Pérez Espín destacó la importancia de revisar las etiquetas de los envases. Aunque muchos dicen ser aptos para microondas, no siempre garantizan seguridad absoluta. Ante esto, la recomendación es sustituir el plástico por materiales como vidrio o cerámica, que no presentan riesgos químicos al calentarse.

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