El caso del 'niño vampiro' que desconcierta a Italia
Fue enterrado en un asentamiento romano de Italia hace 1.500 años con una piedra en la boca para que no resucitase de entre los muertos
Roma - Publicado el - Actualizado
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El descubrimiento tuvo lugar en la conocida como la Necropoli dei Bambini, un cementerio de niños de mediados del siglo V situado en la localidad de Lugnano en la región italiana de Umbria, donde se realizan excavaciones arqueológicas desde el año 1987. En aquella localidad se encontraba un próspero asentamiento romano en el que se han descubierto prácticas funerarias que han dejado a los expertos desconcertados.
Se sabe con certeza que en aquella época hubo un fuerte brote de malaria en la zona, por los que la mortandad infantil fue elevada y se excavó una necrópolis tan sólo dedicada a los niños fallecidos. Entre los restos descubiertos se ha encontrado el cuerpo de un niño de 10 años con una enorme piedra en la boca que ha provocado gran curiosidad e interés entre los expertos porque nunca antes se había efectuado un tipo de enterramiento similar en la zona. Por la forma en la que está enterrado parece que se habían tomado medidas para evitar que el niño, posiblemente infectado de malaria, pudiera resucitar de entre los muertos y transmitiera la enfermedad a los vivos.
Al pequeño en cuestión ya se le conoce como el “Vampiro de Lugnano” Según David Pickel, director de la excavación, este descubrimiento tiene gran proyección de futuro porque puede aportar material a los investigadores sobre la devastadora epidemia de malaria que afectó a Umbría hace casi 1500 años, así como la respuesta que la comunidad romana de la época tuvo para combatirlo.
El Cementerio de Niños contiene a la vez docenas de cuerpos de niños y la evidencia de que se realizaban prácticas de brujería, porque se han encontrado huesos de sapos, garras de cuervos y calderos de bronce. Además de los restos de este niño, se ha descubierto la sepultura de una niña que también había sido enterrada con piedras en sus brazos y pies, una práctica que confirma el interés de los vivos en que los cadáveres volvieran a la vida.
Los expertos no terminan de aclararse. Según las pruebas analizadas a partir de los huesos del niño, ha quedado confirmado que el menor padecía malaria en el momento de su fallecimiento. Se cree que la piedra en la boca se colocó para evitar que se propagase su enfermedad al resto de la comunidad. La tumba de este menor es una de las últimas cinco sepulturas halladas el pasado verano en ese asentamiento. De momento se desconoce el sexo del esqueleto del niño 'vampiro', el mayor en edad de los cuerpos identificados hasta la fecha en ese lugar. Según han indicado los arqueólogos, la forma en la que la mandíbula está abierta y las marcas que han dejado los de dientes en la superficie de la piedra muestran que el objeto se colocó intencionadamente en la boca.
Los historiadores aseguran que a los romanos les preocupaba el regreso de los muertos a la vida, sobre todo si eran portadores de grandes enfermedades. A medida que sigan realizando excavaciones es muy probable que descubran enterramientos en los que se realizaban prácticas similares.