Cuando aprieta el calor..., lo mejor tomar prevenciones

Quizá estemos exagerando porque apretar, lo que se dice apretar... puede que no, pero vamos a seguir con altas temperaturas para estas fechas del año.

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Estamos ante un fin de semana de temperaturas altas para el mes de abril, sobre todo en el norte, con 25º en Asturias, Cantabria, País Vasco, 24º en el nordeste de Cataluña, 26º en Jaen, 25º en Granada, 24º en Almería, en Baleares y en el resto de la penísula y las islas  en torno a los 20º. Temperaturas, no abrumadoras, que junto a cielos con claros y nubes pueden llevarnos a abusar del astro sol teniendo que cuenta que estábamos deseando que su brillo en el cielo fuera ya una realidad después de las tan necesarias lluvias.

Mapa del tiempo para el sábado 21 de abril

FUENTE: El tiempo.es

Sin duda, lo mejor es tomar precauciones. Aquello que siempre han dicho las abuelas, "mejor prevenir que curar" porque aunque todavía estemos en primavera, pero ya de cara al verano recordamos que el calor, especialmente cuando es intenso, obliga al cuerpo humano a un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal: se suda más, nuestras venas se dilatan... A esto se une que en los primeros días de calor, el cuerpo aún no está acostumbrado a las altas temperaturas.

¿Qué podemos hacer para proteger nuestra salud? Medidas muy sencillas: beber mucha agua o líquidos sin esperar a tener sed, salvo si hay contraindicación médica. Hay que evitar bebidas alcohólicas, estimulantes como el café, té o cola y las muy azucaradas.

Aunque el sol se soporte con facilidad porque no aprieta en exceso, combinar sol y sombra, si estamos en la calle, en una terracita o vamos paseando. Para pasear o hacer deporte al aire libre: ropa ligera y de color claro, gorra o sombrero, calzado fresco, cómodo y que tanspire.

También es importante tomar comidas ligeras que nos ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos).

Selfie de varias asistentes al Festival de San Sebastian de Jazz

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El calor no afecta a todas las personas por igual, algunas tienen más riesgo: las personas mayores, los enfermos y los niños tienen más problemas.

Los mayores, sobre todo los que viven solas o son dependientes deberían ser vigilados por familiares o personal sanitario. Personas que están enfermas (enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, respiratoria, renal, neurológica, diabetes...) o medicadas (anticolinérgicos, antihistamínicos, fenotiazinas, anfetaminas, psicofármacos, diuréticos, betabloqueadores...). En todos estos casos hay que tener mayores precauciones.

Turistas tomando el sol cerca del Senado español en Madrid

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Con los más pequeños, debemos procurar que beban mucho líquido, vertirles con ropa clara y no dejarles, si van en cochecito, al sol.

Nuestro organismo está compuesto de un 60% de agua. La pérdida de agua y sales minerales por el sudor, si no se repone, produce síntomas como dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular o calambres, náuseas y vómitos e incluso pequeñas elevaciones de la temperatura corporal.

Este sol primaveral es engañoso, lo soportamos bien y nos puede producir quemaduras en cara, brazos, piernas. Podemos empezar a usar protectores, porque advierten los dermatólogos que estos días de temperaturas medias, nos confiamos mucho y no estamos libres de las quemaduras. "El sol es beneficios,o pero siempre acordándonos que no debemos sobrepasar el límite de la quemadura solar. Hay que evitar una exposición prolongada al sol. A veces se nos olvida que el sol no solo está en la piscina o en la playa, el sol está todos los días" recuerda en 'Herrera en COPE' en Madrid, el doctor Leandro Martínez, miembro de la Academia Española de Dermatología que insiste en las consecuencias de tomar el sol en exceso, "la piel envejece si la exponemos mucho al sol cada día. Hay que ponerse crema protectora, pero también hay que llevar gafas de sol y deberíamos hacer algo que preocupa mucho a los dermatólogos y poca gente hace que es dedicar unos minutos al día a fijarse a fijarnos si los lunares han cambiado de color, de tamaño. Es lo que llamamos el "síndrome del patito feo" cuando de repente aparece alguno que nos llame la atención. Entonces hay que acudir al especialista".

Por último, no podemos olvidar que el Sol no es un enemigo. El Sol estimula nuestra vitamina D, esencial para nuestros huesos y dientes ya que también activa el calcio. El Sol fortalece nuestro sistema inmunológico, es bueno para la piel, equilibra el colesterol y disminuye la presión arterial. Por ello no lo vamos a demonizar, es un amigo y como tal no debemos abusar él. Estamos en lo de siempre: en el término medio está la virtud.

*Fuentes: Mapa El tiempo.es

                Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e igualdad

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