Cuándo deberíamos parar por estrés: los síntomas de tu cuerpo que te deben hacer saltar las alarmas

Es necesario conocer los primeros síntomas del estrés para poder combatirlo cuanto antes

Pilar Abad

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En España, una de cada cuatro bajas laborales que existen es por estrés, siendo el segundo motivo de esas bajas, detrás de dolencias musculares y óseas. Se trata de un problema que afecta al 54% de la población activa, según la AMAT (Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo).

Además, también hay que tener en cuenta las pérdidas económicas que provocan ese número de bajas laborales cifradas en torno a 25.000 millones de euros al año.

De un tiempo a esta parte, el estrés o la ansiedad están más presentes en nuestras vidas: ya sea por una excesiva carga laboral, problemas laborales, situaciones familiares… e incluso la reciente pandemia por el covid.

Un problema que afecta a mucha gente y que puede tener consecuencias mayores si no se trata a tiempo y con ayuda de especialistas, mejor. Por eso, debemos conocer cuáles son esos primeros síntomas que nos alertan de que nuestro cuerpo está haciendo frente a un problema que debemos afrontar de una u otra manera; y de qué manera debemos actuar ante ese mal.

Diferencia entre estrés y ansiedad

La diferencia entre estrés y ansiedad nos la aclara el profesor de Psicología de la Universidad Abat Oliba CEU, Fernando de los Bueis.

Como bien nos explica, la palabra ‘estrés’ procede un poco de las Ciencias. "Por ejemplo, la resistencia de materiales que estudian cuánto peso, cuánta tensión puede soportar un material, una viga, puede estar sometida a tantos coeficientes o lo que sea de estrés”.

Por tanto, “la Psicología coge esta palabra para hacer referencia a una serie de realidades, una serie de sucesos o de situaciones que superan su capacidad para ser afrontadas. El estrés hacemos referencia a ese peso, a esa tensión, a esa realidad que está viviendo una persona y que es objetiva. Hay una serie de males en la vida y estos males pueden rompernos o pueden llevar a alterar como nuestra estructura”, señala el profesor.

En cuanto a la ansiedad, Des Bueis concreta que “es una reacción emocional, es decir, estoy viviendo ese mal y por tanto ese mal que vivo actualmente lo que hace es que surja en mí una emoción, como podría surgir el temor esta emoción que surge es la ansiedad, la ansiedad es un tipo de tristeza”.

En definitiva, “el estrés sería como la causa, es decir, la realidad exterior que estoy viviendo, la realidad objetiva; y por otro lado, la reacción emocional que puede ser múltiple: puede ser un temor, un angustia, etc”.

Cuándo parar por estrés y cuáles son su síntomas

Como nos indica Pedro Santamaría, psicopedagogo y especialista universitario en Clínica y Psicoterapia “deberíamos de parar por estrés cuando exista un determinado nivel alto de ansiedad, de angustia, de preocupación, de miedos... Momentos en los que la sudoración es excesiva, palpitaciones, problemas gastrointestinales y problemas psicosomáticos que se pueden originar por los temores y los miedos que se activan de manera recurrente y que afectan incluso al sueño, a las relaciones sexuales y el apetito sexual”.

A esa sudoración excesiva, palpitaciones o problemas gastrointestinales hay que sumar, también, como síntomas “la irritabilidad, la ansiedad en la comunicación e incluso episodios de violencia” siendo la sintomatología “más destacada cuando se activa el estrés, indica Santamaría que señala “la respiración acelerada (hiperventilación) y el aumento del ritmo cardíaco" como uno de los síntomas más recurrentes cuando el nivel de estrés es muy alto y son indicadores que exigen rápidamente ponerse en manos de un especialista y parar una actividad que se está haciendo en ese momento”.

Para el especialista es imprescindible en ese momento “incorporar mecanismos o estrategias que puedan ayudar a fortalecer una ideación lo suficientemente sólida como para no asustarse, no angustiarse o para manejar la presión pues se antoja como imprescindible para manejar un día a día tremendamente estresante por responsabilidades y por presión”.

La principales causas que generan el estrés

Asimismo, debemos conocer las causas que provocan el estrés “que pueden estar presentes en cualquier ámbito de la vida personal, en cualquier esfera”, como señala Fernando.

Así pues, este profesor de Psicología habla de “dos grandes causas”:

Fobias sociales, depresiones o ictus: las consecuencias de no tratar a tiempo el estrés

Como ya nos vienen advirtiendo los especialistas, lo principal es tratar “esa ansiedad, angustia o miedos” en cuanto aparezcan los primeros síntomas manifestados en “taquicardias o problemas gastrointestinales” porque, de no ser así, pueden llegar a desencadenar otra serie de problemas médicos.

De no ser así, como alerta Santamaría “agudizaremos esa sintomatología”, de manera que “desde el punto de vista social pueden aparecer fobias sociales, podemos estar más resistentes a las relaciones sociales, donde cada la intolerancia se incorpora cada vez más y aparecen conductas y comportamientos que no contribuyen a la incorporación en rendimientos en el contexto laboral”. En este punto, subraya el psicoterapeuta que “la mente se atrinchera, no trabaja desde el positivismo ni el optimismo sino desde la irretabilidad, con lo cual se incorpora rechazo, por ejemplo”.

Si damos un paso más y nos fijamos en las sintomatologías más clínicas, “las que crean el estrés”, señala el doctor que “puede evolucionar a estados depresivos, ideas y pensamientos más con una base catastrofista, sentimientos de tristeza donde el estado de lloro, el estado de desmoronamiento, el estado de pensamientos, ideas preexistentes a la negatividad que incorporen sintomatologías psíquicas mucho más severas”.

Y es aquí donde hemos de estar alertas porque puede desencadenar “una depresión clínica mucho más aguda, con los consecuentes trastornos psicosomáticos en accidentes cardiovasculares, y en casos muy extremos, si estos casos no son tratados y persisten en el tiempo y no son tremendamente tomados en cuenta y tratados por especialistas médicos, pueden desencadenar en diferentes tipos de tumoraciones con diferentes tipos de problemáticas más severas como puede ser un ictus”.

Por eso, vuelve a insistir Santamaría en la necesidad de “reaccionar a tiempo y no dejar que esos estados prevalezcan de manera persistente, es decir, nada más que aparezcan hay que incorporar mecanismos que puedan abortar esas sintomatologías para que el sistema emocional no se acostumbre a incorporar temores, miedos y resistencias”.

Cómo hacer frente al estrés y cómo poder controlarlo

Para poder hacer frente al estrés o la ansiedad, para –de alguna manera- poder controlarlo en cuanto aparezcan los primeros síntomas y evitar que pueda ir a más el pedagogo Santamaría no da una serie de pautas y consejos “para reaccionar con prontitud ante el objeto estresante”.

Así nos indica que, por ejemplo ante “una situación circunstancial en un día en el que se tiene una mayor carga de trabajo, debemos realizar paradas en las que se pueda incorporar ocio saludable”. Señalando como algunas de esas opciones “caminar todos los días en torno a los 15- 20 minutos que nos mejora enormemente el estado de bienestar y de tranquilidad. El hecho de que incorporemos mecanismos que mejoren nuestro estado de bienestar va a fortalecer nuestra tolerancia y nuestra resistencia “.

Por otro lado, Des Bueis incide en la importancia de “conocernos, porque así sabemos cuáles son los fines que queremos perseguir en esta vida, cuáles son los grandes objetivos”. De manera que es “el conocimiento personal” el que nos va a ayudar para afrontar esos males con los que nos encontramos en nuestras vidas.