La emotiva sentencia de un juez al descubrir por qué multaron a un hombre de 96 años

El hombre había sido multado por exceso de velocidad y la sentencia removió las conciencias de la sociedad

La emotiva sentencia de un juez al descubrir por qué multaron a un hombre de 96 años

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Se llama Víctor Coella, tiene 96 años y lleva cada semana a su hijo de 63 al hospital para que le hagan análisis de sangre. Este padre estadounidense fue multado al pasar con su coche por una zona escolar y sobrepasar el límite de velocidad.

Coella tuvo que comparecer para declarar lo que había hecho. Esta vez, tuvo suerte, porque le tocó el carismático juez Frank Caprio, famoso por sus veredictos virales, muchos de ellos dictados por los hijos de padres sancionados a los que deja subir al atril principal.

Cuando el juez comenzó a preguntar al anciano lo que había hecho, el hombre explicó que llevaba a su hijo a realizar “unos análisis de sangre”. Coella detalló que su hijo tiene cáncer. “Iba a por un análisis de sangre para mi hijo porque es discapacitado. Lo llevo por exámenes de sangre cada dos semanas porque tiene cáncer”, dijo.

“No conduzco tan rápido. Tengo 96 años y voy despacio. Solo conduzco cuando es necesario”, siguió el hombre.

Ante este relato televisado, que rápidamente se hizo viral con cientos de miles de compartidos en todo el mundo, el juez Caprio volvió a demostrar su empatía por el acusado y le espetó lo siguiente: “Es usted un buen hombre”.

En ese instante el anciano no se podía creer lo que estaba oyendo y se emocionó. “¿Qué edad tiene su hijo?”, le preguntó. “63”, dijo Coella. Entonces, el juez lo tuvo claro: “Usted es un buen hombre. Realmente es todo lo que Estados Unidos es. Él está a sus 90 y sigue cuidando a su familia”. 

Después, el juez se dirigió al hombre para preguntarle: “¿Ve a ese joven de allí? Es mi hijo. Ahora me mira y estará pensando: 'Papá, cuando tengas 90 años, ¿me llevarás en coche también?'; Me está metiendo una gran presión”, bromeaba.

Finalmente, Caprio dictó sentencia y cerró el caso deseando lo mejor para todos: “Escuche, señor, le deseo todo lo mejor. Le deseo lo mejor a su hijo y le deseo buena salud. Su caso es desestimado. Buena suerte y que Dios le bendiga”.

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