COVID-19

Los coronavirus que traerá el cambio climático

Investigadores, científicos, biólogos y neumólogos consultados por COPE coinciden en señalar al cambio climático como catalizador en la aparición de nuevos coronavirus.

Maribel Sánchez Margallo

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

La primera relación entre la COVID-19 y la emergencia climática hay que buscarla en los escudos que nos proporciona la naturaleza, que han ido desapareciendo y que los biólogos con los que ha hablado COPE nos recuerdan que actuaban conteniendo los virus dañinos para el ser humanos. Son las especies de plantas y animales que constituyen la biodiversidad dañada por el cambio climático y que venía actuando como barrera para la expansión de virus y enfermedades infecciosas.

Si lo analizamos directamente sobre el organismo humano, los neumólogos consultados por COPE aportan pruebas que demuestran una relación directa entre el aumento de contaminación y una mayor incidencia de infecciones respiratorias como la COVID-19, así como una mayor mortalidad.

A estos planteamientos hay que añadir los estudios que insisten en que la persistente subida de temperaturas provocada por el exceso de gases de efecto invernadero está liberando virus de las zonas congeladas del planeta para los que el ser humano no está inmunizado.

Además, en el reportaje “La crueldad del coronavirus con los más pobres de la Tierra”, publicado en COPE, hemos demostrado que cuanto mayor es el impacto del cambio climático mayor es la pobreza. Eso provoca que las epidemias sanitarias como la actual tengan consecuencias catastróficas en la sociedad de esas zonas del planeta deprimidas previamente por las consecuencias de la devastación provocada por los desproporcionados efectos del clima. os dejamos la primera parte del reportaje "Crisis del hambre por el coronavirus. (Parte 1)".

SIN ESCUDOS CONTRA EL VIRUS

La naturaleza nos da toques de atención periódicamente y el coronavirus que ha transformado nuestra vida, el SARS-CoV-2, es una seria advertencia de las amenazas que se derivan del deterioro de los ecosistemas naturales.

Preocupados por evitar el contagio por coronavirus, por mantener el puesto de trabajo o superar las dificultades que nos trae la mayor crisis sanitaria que hemos conocido hemos olvidado que esta lucha sigue conectada directamente con una emergencia climática sin precedentes. El biólogo e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) explica en COPE la relación entre ambas catástrofes.

VíDEO FDO VALLADARES .CRISIS CLIMÁTICA

Fernando Valladares es profesor de investigación del CSIC en el Museo de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y profesor asociado de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Valladares asegura en COPE que "nadie sabe exactamente dónde están los auténticos puntos de no retorno de la emergencia climática, del mismo modo que nadie sabe cómo será el próximo patógeno que provoque una crisis sanitaria, qué modos de acción tendrá ni cuando tendrá lugar una nueva pandemia".

La COVID-19 se considera la última de una larga lista de enfermedades infecciosas conocidas como zoonosis (que se han transmitido de animales a humanos con consecuencias graves). El problema hay que buscarlo en la emergencia climática, que está entre los tres mayores impulsores directos de la pérdida de biodiversidad junto con los cambios de uso del suelo y la explotación de especies.

Los expertos medioambientales consultados por COPE lanzan una voz de alarma ante la pérdida de biodiversidad que venía actuando como barrera para la expansión de virus y enfermedades infecciosas. El divulgador científico y fundador de B-Leaf, Miguel Aguado, explica en COPE que “esas plantas y animales (huésped original de muchos virus) que han ido desapareciendo como consecuencia del deterioro medioambiental funcionaban como un escudo protector y evitaban que esos virus buscaran un nuevo organismo, como el ser humano, en el que sobrevivir”.

VIDEO MIGUEL AGUADO ANIMALES

Miguel Aguado es divulgador científico y director de la consultora en sostenibilidad y comunicación B Leaf. También es el líder climático de The Climate Project Spain, la fundación de Al Gore contra el cambio climático.

La prueba más gráfica está en que los biólogos calculan que el 75% de las enfermedades nuevas emergentes que infectan a las personas proviene de animales.

Infografía COVID-19 ONU

Estamos en un mundo más interconectado que nunca. Por eso, aunque los mayores contaminantes sean los países desarrollados, son los que tienen más y mejores recursos para hacerle frente. Por tanto, las consecuencias más graves siguen sufriéndolas en las zonas del planeta más deprimidas.

SALVAR NUESTRA SALUD

Los neumólogos también alertan en COPE sobre la influencia negativa de la contaminación en la COVID-19 y nos advierten de que “el aumento de contaminación hacer crecer la mortalidad de los infectados por coronavirus”.

La Dra. Isabel Urrutia, neumóloga y coordinadora del área de medio ambiente de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica), explica en COPE que “reducir la contaminación es una medida urgente de salud pública que ayudaría a prevenir nuevas epidemias”.

VIDEO ISABEL URRUTIA. CONTAMINACIÓN COVID

La Dra. Isabel Urrutia es neumóloga y coordinadora del área de medio ambiente de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) y nos alerta: “A más contaminación, más mortalidad por COVID.19”. La Dra. Urrutia es médico de Neumología de la Unidad de Asma del Hospital Galdakao (Vizcaya) y asegura que “nuestro planeta se ha convertido en el enfermo respiratorio más importante”.

Explica que la calidad del aire tiene mucho que ver con las infecciones respiratorias, y que el COVID-19 lo ha constatado. “Su propagación se ha visto aumentada en las regiones con peores condiciones ambientales”, asegura esta experta. Actualmente, 9 de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado y por eso, “reducir la contaminación es una medida urgente de salud pública que ayudaría a prevenir nuevas epidemias”.

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha publicado varios estudios que demuestran que la calidad de aire puede ayudar a prevenir pandemias como la que estamos sufriendo en todo el planeta.

Uno de esos estudios es el de Yaron Ogen a raíz de ver que dos de las áreas "calientes" de NO2 en el norte de Italia y en Madrid eran las que tenían mayor incidencia de casos de coronavirus. Además, otro estudio realizado en Estados Unidos señala la hipótesis de que la exposición a largo plazo a gases contaminantes afecta al sistema respiratorio y cardiovascular y puede exacerbar la gravedad del Covid-19 e incrementar el riesgo de muerte en estos pacientes.

LA CONTAMINACIÓN EMPEORA LA COVID-19

El alivio que supuso la caída sin precedentes de las emisiones de CO2 durante los meses en los que había más países confinados alrededor de toda la Tierra se ha esfumado en pocas semanas. No es un gas contaminante, pero es cierto que su concentración está provocando el calentamiento global.

Pero además, los satélites de la NASA detectaron caídas de entre el 20 y el 30% de las emisiones de dióxido de nitrógeno (gas nocivo emitido por motores de vehículos, plantas de energía y complejos industriales) en las zonas más castigadas por el coronavirus como EEUU, Italia o China.

Disminución de Gases por el coronavirus

FUENTE: Imágenes de los satélites de la NASA que detectan la disminución de gases contaminantes.

La Organización Mundial de la Salud ha sido el primer organismo oficial en lanzar la alerta por las consecuencias nefastas que está teniendo la contaminación sobre el pronóstico de la Covid-19 y ha instado a los países europeos a seguir reduciéndola.

"El Covid-19 ha sido una tragedia pero, al mismo tiempo, nos ha brindado una oportunidad sin precedentes para evidenciar cómo las políticas relacionadas con el transporte y la forma en la que las personas trabajan, estudian y consumen podrían capitalizarse a medida que avanzamos colectivamente hacia una 'nueva normalidad' que podría generar beneficios para el medio ambiente y la salud", ha aseverado el organismo de Naciones Unidas nueve meses después de que las autoridades chinas detectaran la aparición del SARS-Cov-2 en Wuham.

Sin embargo, esa oportunidad sin precedentes a la que se refieren en la ONU, se ha convertido en un alivio temporal. La NASA advierte que debería mantenerse en el tiempo la disminución en las emisiones de gases como el CO2 para que pueda tener un impacto medible en el clima.

Sin embargo, las superpotencias mundiales han visto como la pandemia del coronavirus ha hundido sus indicadores económicos y los líderes mundiales están volviendo a recurrir a los conocidos combustibles fósiles para conseguir una rápida recuperación.

Como ejemplo, China estima que invertirá un billón de dólares en la construcción de infraestructuras carboneras en varios países en desarrollo y las empresas de combustibles fósiles norteamericanas confían en el que presidente Donald Trump las rescate tras su repetida postura negacionista del cambio climático.

A esto habría que añadir el estudio elaborado por Maxime Renaudin, fundador y director de Tree-Nation, en el que demuestra que el deshielo puede liberar virus para los que no estamos inmunizados. Además, sus investigaciones apuntan a que el cambio climático es una de las causas de la aparición de la COVID-19 y podría provocar nuevos brotes y pandemias en el futuro.

Medioambiete influye en el COVID

No podemos olvidar el estudio “Los españoles y el medioambiente en tiempos del Covid-19”, elaborado por GFK y que analiza los propósitos y deseos de los españoles durante la vuelta a la normalidad, con un foco especial en el medioambiente.

De hecho, más del 97% de los encuestados desea que, tras el confinamiento, cuidemos más del medioambiente.

Si nos atenemos a estos datos, podríamos pensar que los países menos contaminantes estarían exentos de sufrir estas consecuencias. No obstante, la realidad nos demuestra que son en los que la repercusión del cambio climático es más negativa por carecer de recursos económicos que palien esos efectos devastadores, como hemos explicado en la primera parte de este reportaje.