Los kioscos, también un servicio esencial en tiempos de coronavirus

Junto a farmacias, gasolineras, supermercados y tiendas de alimentación se les considera un servicio básico

Los kioscos, también un servicio esencial en tiempos de coronavirus

Susana Moneo

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Junto a farmacias, gasolineras, supermercados y tiendas de alimentación se les considera un servicio esencial. Garantizan un bien fundamental en una democracia, la libertad de información. Así que siguen abriendo cada día, como siempre, a las 7 de la mañana para los más madrugadores, aunque muchos han optado por reducir su horario y abren a partir de las 8. Situados en esquinas, cerca de la salida de una boca de metro o en una calle antes concurrida, colocan y recolocan las pilas de periódicos, revistas, pasatiempos y sopas de letras, que ahora venden más, también chicles, algunos incluso bolsas de chuches sabiendo que otra vez tendrán que devolver un gran número de ejemplares... y pocos abonos de transporte se renuevan.

El pan y el periódico

Javier, tiene su kiosco en el barrio de Hortaleza de Madrid entre la Carretera de Canillas y la calle Emigrantes. Ha perdido el 80 % de las ventas, ahora hace el 20% de caja de lo que hacía antes, pero sigue al pie del cañón porque tiene muy claro el servicio que hacen y más en estos días de aislamiento. Hacer llegar la información y algo más. Comprar el pan y el periódico se ha convertido para algunos en una rutina para pisar la calle. “Mis clientes salen a comprar el pan, dos minutitos de cháchara con el de la tienda, luego compran el periódico..., y otros dos minutitos hablando conmigo, y ya se entretienen. "Casi un servicio social porque la mayoría de quienes se acercan a su kiosco son personas mayores: “la gente mayor requiere información en papel, prefiere la prensa escrita y nos debemos a los clientes que durante muchos años nos compran, que no tienen Internet, o no se manejan bien en las redes pero quieren estar informados” Son tiempos duros.

Expuestos sin mascarillas

Algunos compañeros han cerrado ante la falta de clientes y por el miedo. No les trae cuenta seguir abiertos. Pero hay que seguir pagando impuestos, son autónomos y como servicio esencial no entran en las ayudas a no ser que se hayan infectado con el Covid-19 y estén de baja, y “más vale hacer algo de caja para seguir pagándolos”. Es la opinión de Álvaro, otro joven kiosquero que se queja de que son considerados esenciales pero no tienen ningún apoyo. Ambos atienden con guantes pero no tienen mascarillas: “Es imposible encontrar una sola mascarilla, el Gobierno ni siquiera nos facilita su compra y estamos muy expuestos todo el día cara al público".

Los “kiosqueros” son fieles vigilantes del pulso de la calle y Javier asegura que la gente se lo está tomando en serio, sólo en algunos casos tienen que recordar a algunos que mantengan la distancia de seguridad, a pesar de que tiene varios carteles y una gran raya pegada en el suelo como límite.

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