Los secretos de la moda de la ropa de segunda mano: "Cada vez acude más gente por militancia medioambiental"

Según los últimos datos de la Unión Europea, el consumo de ropa genera 92 millones de toneladas de residuos

Sefi García

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

La ropa de segunda mano o reciclada es tendencia, proliferan los proyectos para acercarla al consumidor con formatos cada vez más atractivos. ONG como Cáritas tienen abiertos cerca de 170 centros bajo la marca Moda-re, con una facturación de 30 millones de euros y más de 1.300 trabajadores. Ha incrementado sus ventas en un 15% en 2.022. Reinvierten lo facturado en el proyecto. Humana, incremento un 22% sus ventas el año pasado. En ambos casos, la ropa que venden procede de donaciones. Pero también los grandes grupos textiles que están creando sus propios negocios de segunda mano. Precios y conciencia son las claves que atraen, sobre todo a los jóvenes, los clientes más fieles de este negocio.

La penúltima crisis económica, la de 2008, las tiendas de ropa de segunda mano se llenaron porque el azote fue muy fuerte. Conocimos esta oportunidad de comprar ropa en buen estado de uso a buenos precios. Ese fue el primer paso para que la conciencia medioambiental, el cuidado del planeta nos llevase a, más allá de ahorrarnos dinero, frecuentásemos esas tiendas para reducir nuestra huella contamínate.

Según los últimos datos de la Unión Europea, el consumo de ropa genera 92 millones de toneladas de residuos, solo por detrás del plástico, que genera ciento cuarenta millones de toneladas.

Es el caso de Catalina, una joven de 17 años que por conciencia. “Utilizo solo ropa de segunda mano desde hace tres años -nos cuenta- la compro en humana, en el Rastro y en algunas tiendas vintage de la Latina (Madrid). Solo compro cuando ya no tengo nada que ponerme, una vez al año”.

Según distintas fuentes, la mitad de la población acudió a tiendas de ropa de segunda mano el año pasado, y la demanda de estos productos creció un 30%.

El diseño textil circular se está implantando poco a poco y ya hay muchas tiendas y cadenas que recogen la ropa usada para revenderla o reutilizarla. Desigual, Forum Sport, Isabel Marant, Mango, Intimísimo, Zara, H&M, Other Stories, incluso te dan vales descuento para comprar en sus comercios si dejas tu ropa usada. Zalando ha creado su propia línea de ropa de segunda mano.

Fueron las Organizaciones No Gubernamentales las que inauguraron este proyecto hace ya casi 40 años. Humana, por ejemplo, cuenta con cerca de medio centenar de establecimientos donde un millón de personas compran su ropa, recogida en los 5.000 contenedores distribuidos por el país. En los últimos dos años han registrado un incremento de más del 20% de compradores.

Moda-re

Pero la pionera ha sido Cáritas. En estos momentos cuenta con unas 120 tiendas y 20 córneres en Alcampo en 80 ciudades. Donde se vende la ropa en uso que se recoge en los más de 7.000 contenedores distribuidos en otros tantos puntos del país. El volumen de negocio es de unos 30 millones de euros que se reinvierten en el proyecto.

Cada vez más gente joven

Alberto Alberich es el responsable del proyecto en Cáritas. Nos cuenta que están haciendo un perfil “más científico” del comprador, aunque nos adelanta que “la mayoría son mujeres de mediana edad, y hasta la crisis del 2008 el motivo por el que acudían era económico, se podía acceder a ropa digna y en buen estado de uso, a precios muy interesantes -explica- pero a partir de la crisis, esas personas que conocieron el proyecto sumaron el impacto medioambiental. Hubo un cambio de tendencia, donde coincidieron economía e impacto medioambiental. Es cierto que hacemos muchas campañas en las universidades, en los ámbitos de la gente joven, pero sí que es cierto que la presencia de gente joven en nuestras tiendas fue mucho mayor en el 2.022 que en el 2.016”. El año pasado, se sumaron un 15% más de compradores.

Han notado, nos dice Alberich “un incremento de compradores. Cada vez acude más gente joven, a veces, precisamente, por militancia medioambiental”. Y esa es una de las razones que les animan a seguir abriendo tiendas. Para este año la idea es llegar abrir entre 20 y 25 comercios más, y 25 córneres nuevos en el hipermercado. “Son muchas las veces en las que hemos llegado a una ciudad y el proyecto local, las Cáritas locales, nos han dicho que allí no hay tradición de comprar ropa de segunda mano -reconoce- pero la realidad nos dice que con una oferta, con tiendas atractivas, trabajando con la máxima dignificación del espacio y de la atención al cliente, se están convirtiendo en habituales. En algunas ciudades donde no teníamos presencia vamos por la segunda tienda. Creemos que hay una parte de oferta que no existía y estamos ayudando a crear demanda”.

La dignificación de la entrega

En el caso de Moda-re, tras la creación de esos espacios hay otra razón muy entroncada con la actividad y el espíritu de Cáritas: la dignificación de la entrega. Aparte de la creación de puestos de trabajo para personas vulnerables, de ayudar a vestir con dignidad a precios bajos a las personas, aparte del cuidado del planeta,”en esas tiendas se realiza la entrega a las personas con necesidad. No hacemos un lote, esa persona que lo necesita, para ella o para su familia, se mezcla con las personas que la están comprando y puede elegir la que necesita y le gusta. Para nosotros era un punto de dignificación social y las tiendas nos permiten dejar clara nuestra apuesta por la reutilización, por el impacto medioambiental, pero también creemos que la entrega asistencial de ropa, la mejor forma es esa, que las personas no vayan a un espacio que sería estigmatizarte”.

Reciclaje y reutilización

Cáritas no desperdicia ni uno de los 42 millones de kilos de ropa usada que recogen cada año. Nos cuenta el responsable del proyecto que las prendas donadas se clasifican en tres plantas de tratamiento para que no se desperdicie ninguna. Explica Albert Alberich que “la reutilizable va a las tiendas y se exporta, porque es tal el volumen que sobrepasa la capacidad de los comercios que hay en España. Otro grupo que por su estado no puede reutilizarse, se destina para aislamientos térmicos, acústicos, o moquetas en países del sudeste asiático y recientemente, según su constitución, se envía para crear prendas nuevas, que es una actividad de alto valor añadido. La ropa contaminada, con manchas de sangre o húmeda, se envía para su valorización energética. Ya no llevamos nada al vertedero”.