Lugo: Las puertas abiertas

La Catedral de Lugo. IMAGEN CEDIDA POR TURISMO DE GALICIA

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La vieja Lucus Augusti es la urbe de los dos mil años, fundada por el emperador Augusto y por su legado Paulo Fabio, es la única en el mundo que aún conserva el trazado completo de su muralla romana. Parada del Camiño Primitivo a Santiago de Compostela y punto de encuentro de tres elementos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que confluyen en la vieja Plaza de Pío XII, las piedras de sus calles y monumentos rezuman historia. Lugo es también la ciudad del Sacramento. Su catedral, del siglo XII, ostenta el privilegio papal de tener expuesto al Santísimo en el Altar Mayor durante las 24 horas de los 365 días del año. Esa relación de la Sagrada Forma con la capital lucense aparece incluso reflejada en el escudo de la bandera de Galicia.

La siete ciudades del Antigo Reino de Galicia participan cada año, a principios de junio, en la ofrenda al Santísimo en la Catedral. Representantes de Lugo, Mondoñedo, Betanzos, A Coruña, Santiago de Compostela, Ourense y Tui mantienen viva una ceremonia que, según el delegado de Patrimonio Histórico de la Diócesis, César Carnero, se remonta a 1669, cuando el rey accedió a que se hiciese una ofrenda anual para contribuir, precisamente, a sufragar el gasto “de alumbrado al Santísimo Sacramento”, expuesto de forma perpetúa en el altar mayor del templo gracias al privilegio papal.

Se trata, a juicio de Carnero, de un acto “de gran significado”, dado que es el único “en el que pervive la referencia al Antigo Reino de Galicia” y a “siglos de tradición de exposición perpetua” del Santísimo. Sin olvidar que “nuestro escudo”, el de Galicia, es “eucarístico y tiene su origen en Lugo”, añade.

La Catedral de Lugo esconde otras muchas sorpresas para el visitante, como el claustro de Fernando de Casas, los murales barrocos del Altar Mayor, del maestro José de Terán, hoy visibles gracias a las obras de restauración del templo; o el Museo Diocesano Catedralicio, reinaugurado en junio de 2017, cuando se cumplían cien años de su fundación, que alberga piezas de gran valor, como el conocido Crismón de Quiroga. La Basílica fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2015, al igual que el Camiño Primitivo a Santiago de Compostela, de modo que confluyen en ese punto del casco histórico de la ciudad tres elementos que han recibido la consideración de bien mundial, dado que a pocos pasos se encuentra la Muralla romana, a través de cuya puerta -la de Santiago- se accede al corazón del barrio de A Tinería.

La Muralla de Lugo es sin lugar a dudas el monumento más emblemático de la ciudad. Construida hace más de 17 siglos, de acuerdo con las directrices de Vitruvio, mide más de dos kilómetros de longitud y tiene diez puertas que permiten el acceso al casco histórico, además de conservar 71 de las 85 torres -cubos- que tenía originalmente esta construcción militar. Se puede caminar por su adarve, que en el algunos puntos alcanza los siete metros de ancho. Aún se puede sentir el poder de la Roma imperial al contemplar las extraordinarias vistas que ofrece sobre la ciudad. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 30 de noviembre del año 2000 y, para dar a conocer su historia, funciona desde 2007 un centro de interpretación que está ubicado en la Praza do Campo, en pleno casco antiguo, a escasos metros de la fuente de San Vicente, de la que mana vino un día al año.

La Muralla Romana de Lugo. IMAGEN CEDIDA POR TURISMO DE GALICIA

La Muralla Romana de Lugo. IMAGEN CEDIDA POR TURISMO DE GALICIA

La pegada del Imperio Romano se ha mantenido a lo largo de los siglos. El Museo Provincial de Lugo alberga parte de los múltiples hallazgos arqueológicos realizados en las excavaciones que se desarrollaron durante las últimas décadas, entre ellos la colección de orfebrería áurea de Álvaro Gil, adquirida por la Diputación Provincial. Los visitantes pueden ver, musealizados in situ -en el mismo lugar en el que fueron hallados-, los restos de una antigua casa romana con un templo dedicado a la diosa Mitra -Plaza de Pío XII-, los increíbles mosaicos de otra domus señorial de la época imperial -Rúa Doutor Castro- o un baptisterio único en el mundo -en la Plaza de Santa María-. También, gracias a las ventanas arqueológicas habilitadas por el Ayuntamiento, podrán apreciar los restos del acueducto que aportaba agua a la ciudad o los cimientos de la muralla original.

La Casa del Concejo de Lugo. IMAGEN CEDIDA POR TURISMO DE GALICIA

La Casa del Concejo de Lugo. IMAGEN CEDIDA POR TURISMO DE GALICIA

Orgullosa de su historia, la ciudad de Lugo celebra cada año, a principios de junio, una fiesta para evocar su pasado romano. Hablamos del Arde Lucus, que ha conseguido en un tiempo récord la declaración de Interés Turístico Nacional y hace méritos para conseguir ese mismo título en el ámbito Internacional. Con más de medio millón de personas en un solo fin de semana, la población habitual de la capital lucense se multiplica por cinco, para vivir una cita en la que miles de personas se caracterizan y decenas de asociaciones de recreación histórica transportan a lucense y a visitantes a los tiempos de las escaramuzas entre romanos y castrexos.

Pero Lugo no solo es pasado. También es presente y, por supuesto, futuro. Llama la atención la singular construcción del Museo Interactivo de la Historia de Lugo (MIHL) y en 2017 fue inaugurado el Vello Cárcere, después de años de obras. La antigua cárcel 'modelo' del Partido Judicial reabría sus puertas convertida en un centro cultural de referencia en pleno centro de la ciudad, a solo unos pasos de la Muralla. Artes plásticas, música y literatura inundaron las galerías y el patio de un antiguo centro penitenciario. Un espacio cerrado se abrió al mundo y mostró a los propios lucenses una vista nueva y sorprendente sobre el caso histórico, la que se puede contemplar desde su cafetería, ubicada en el último piso del complejo.

En Lugo también merece la pena descubrir a su gente. Compartir sus costumbres y su hospitalidad. Sentarse en una terraza en la Praza Maior para disfrutar de un café sobre lo que en tiempos debió ser el foro de una ciudad romana. Ir de tapeo por las calles del casco histórico, porque a diferencia de otros lugares, en la capital lucense los pinchos son gratuitos y están incluidos en el precio de la consumición. En la Praza do Campo, en la Rúa Nova o en la Rúa da Cruz, los visitantes encontrarán el primer escaparate de la hostelería local. Gran parte del encanto de este lugar del mundo, para propios y ajenos, residen precisamente en esa sana costumbre de alternar con los amigos. Un placer más o menos modesto al que todos acaban sucumbiendo.

No es difícil caer rendido a su gastronomía, en locales como el Campos, A Nosa Terra, el Mesón de Alberto o el Restaurante España, todos en el casco histórico de la ciudad, se puede degustar lo mejor de la cocina gallega, tanto las recetas más tradicionales como los platos más innovadores.

Lugo. IMAGEN CEDIDA POR TURISMO DE GALICIA

Lugo. IMAGEN CEDIDA POR TURISMO DE GALICIA

Para alojarse, el Pazo de Orban e Sangro se convierte en una alternativa diferente, dado que sus inquilinos podrán pernoctar en una casona restaurada en pleno barrio medieval de A Tinería y con vistas a la Muralla romana, pero en el casco histórico también pueden encontrar el Hotel Méndez Núñez, ubicado también en una calle peatonal, la más comercial de la ciudad -la Rúa da Raíña-, y a escasos metros de la Praza Maior. Fuera del recinto amurallado, son muchas las posibilidades, entre las que destaca el Gran Hotel, a cinco minutos a pie de la Catedral y de la Praza de Santa María.

Una escapada a Lugo siempre es recomendable, pero todavía lo es más si coincide con las patronales de San Froilán, también declaradas de Interés Turístico Nacional, que se celebran a principios de octubre. Los visitantes podrán compartir mesa y mantel con los lucenses en las tradicionales casetas del pulpo. Un momento tan bueno como cualquier otro para conocer una ciudad acogedora que siempre tiene abiertas las puertas de su muralla para recibir a nuevos invitados.