“Manual de incompetencia”: los errores de Sánchez, Illa y Simón en la gestión de la pandemia

Los periodistas Iñaki Ellakuria y Pablo Planas hacen un repaso en su último libro sobre la actuación del Gobierno desde la llegada de la Covid-19 a España

“Manual de incompetencia”: los errores de Sánchez, Illa y Simón en la gestión de la pandemia

Silvia Martínez

Publicado el - Actualizado

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“Manual de incompetencia” trata de “desentrañar los errores del Gobierno” español en la gestión de la pandemia. Así lo define el periodista Pablo Planas, redactor en Crónica Global y Libertad Digital que, junto con el también periodista y columnista de El Mundo, Iñaki Ellakuria, ha escrito este ensayo-crónica.

El libro busca el choque con el “Manual de Resistencia” de Pedro Sánchez. “Nos parece que en los primeros meses por distintos motivos como la sorpresa, pero también por una cierta incompetencia y sectarismo, se van haciendo una toma de decisiones que convierten a España casi en la zona cero del virus”, afirma Ellakuria.

Los autores empezaron a escribir el manual desde el segundo día del estado de alarma, sin pretender en un principio que se convirtiese en una publicación. Cada noche recopilaban lo que sucedía durante el día, hasta que se dieron cuenta de que se trataba de una situación excepcional. “El análisis político es un ejercicio al que ambos estamos acostumbrados, y todo análisis por definición debe ser crítico. ¿Qué nos encontramos? Pues que no hay nada que podamos decir que haya hecho bien un personaje como, por ejemplo, Fernando Simón. Eso como ciudadanos podemos criticarlo y, como periodistas, estamos obligados”, explica Pablo Planas.

La estructura del libro se basa en tres pilares fundamentales, que a su vez son personajes con un papel clave en la gestión de la crisis del coronavirus en nuestro país: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

SÁNCHEZ: “EL GRAN INCOMPETENTE”

“Sánchez es un personaje catastrófico”, dice Planas. El motivo es que “plantea una legislatura de carácter fundamentalmente ideológico”, y con ello el periodista se refiere a propuestas como “desenterrar a Franco” o “habilitar una ley de memoria democrática”. Llegada la pandemia, este planteamiento no ha cambiado y ha quedado patente que “Sánchez es un incompetente en materia científica”, al que ha pasado factura “la falta de asesores”.

Por su parte, Ellakuria señala “un pecado original en esta crisis” por parte del Gobierno de Sánchez, y es la manifestación del 8M con motivo del día de la mujer. El periodista explica que el Proyecto de Ley contra la Violencia de Género ocasionó “una pugna muy fuerte” dentro del ejecutivo entre los que la defendían y aquellos que advertían que “el proyecto no se podía presentar así”.

En este sentido, la manifestación fue clave para lanzar un mensaje de unidad en un esfuerzo por parte del ejecutivo para salvar esa crisis. “Eso hizo que se mandara un mensaje de frivolización, de quitar importancia a una pandemia que empezábamos a ver en Italia”, afirma. Ese fin de semana también hubo fiestas, partidos de fútbol o actos como el de Vox. Y todo porque “el clima social y el mensaje lanzado” fue que “no pasaba nada”.

Todo esto provocó que Pedro Sánchez “ya entrara con mal pie” en la gestión de los contagios. A partir de ahí, se produce “una concatenación de errores forzada por ese error inicial que en ningún momento ha querido rectificar”. Y precisamente, esto es lo que más echan de menos los autores: una disculpa. “Lo que nosotros reprochamos es la falta de humildad y empatía, la incapacidad no solo de Sánchez sino también de todos los miembros del Gobierno de no saber pedir perdón. No tender su mano a la sociedad reconociendo sus errores”, confiesa Pablo Planas.

España llega tarde

La negación inicial y desoír las voces que advertían de la gravedad de la situación son los dos principales factores que los autores de “Manual de Incompetencia” apuntan como las causas que han hecho que toda la gestión de la pandemia haya ido desfasada.

Ellakuria reconoce que una pandemia puede “coger desprevenido” a cualquier gobierno, pero cuando el ejecutivo decidió cerrar las fronteras y confinar a los españoles en sus casas “el virus ya estaba muy metido en nuestro país”. A ello, hay que sumar “una importante falta de previsión”, y contradicciones como si el uso de la mascarilla era obligatorio o no, o si la gestión estaba o no en manos de las autonomías. Y en el sentido de la gestión sanitaria entran en juego otros personajes como la figura de Fernando Simón o Salvador Illa.

SIMÓN: “LA FRÍVOLA IRRESPONSABILIDAD”

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias “es un personaje central en el operativo desplegado por el Gobierno”. Al principio “fue muy aplaudido”, pero a medida que pasan las semanas se empiezan a ver sus contradicciones. Ellakuria asegura que con el tiempo empezó a actuar “más como un portavoz político que como un portavoz científico”, que más que certidumbre “ha provocado incertidumbre por el tema del contagio”.

Y si su gestión ha sido contradictoria e infructuosa, ¿por qué no dimite? Pablo Planas lo tiene claro. Si el Gobierno “sacrifica ese peón”, se vendría abajo “la retórica sobre lo bien que lo ha hecho”. Sería como “quitar una carta fundamental del castillo de naipes que se ha elaborado”.

Coincide Ellakuria en que “sigue dónde está porque le ha sido muy útil al ejecutivo” en su papel de portavoz. Además, destaca que Simón tiene “una parte excéntrica”, porque al principio “muchos medios de comunicación lo celebraron” e incluso se hicieron camisetas. Encarna entonces una vertiente “más estética”. Algo que en el libro comparan con “un personaje de humor de una comedia británica”, pero metido “en una tragedia y no en una comedia, que es lo grave”.

ILLA: “EL HOMBRE QUE PASABA POR AHÍ”

“A Illa le delata su formación”, dice Planas. El ministro de Sanidad es licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona. Y, según los dos periodistas, el problema en su caso es que asume el cargo por una motivo muy concreto: “Había que darle el ministerio porque era el interlocutor que había establecido el Gobierno con los partidos separatistas”.

Por ello, para que “pudiese revertirse de una cierta autoridad”, se le asignó una cartera “que no tiene casi competencias” puesto que la mayoría están delegadas en las Comunidades Autónomas.

Si bien es cierto que contaba con alguna experiencia de gestión en el mundo municipal, Ellakuria apunta como el principal problema ha sido “al frente de una crisis sin tener un equipo”, lo cual ha acabado por “lastrar” su liderazgo en la lucha contra la pandemia. Un claro ejemplo fue la compara de material sanitario defectuoso.

En resumen, Pablo Planas sostiene que la designación de Illa como titular de Sanidad “delata el escaso sentido de la perspectiva de los gobiernos”, con un Ministerio que “ahora ha demostrado ser el más importante”.