¿Sabrías hacer una RCP o masaje cardíaco?
Es un gesto sencillo que salva vidas. La RCP o resucitación cardiopulmonar es una práctica que todos deberíamos conocer.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Fundación española del Corazón ha presentado “Late Madrid” una llamada a la acción en las ciudades ante el paro cardiaco súbito. En España se producen alrededor de 30.000 casos de paro cardiaco súbito al año, con una supervivencia del 11 por ciento.
Si alguien se desvanece a tu lado lo primero que hay que hacer es pellizcarle y zarandearle para comprobar que reacciona. Si es un desmayo reaccionará, si no lo hace, y no respira ni tiene pulso, estaremos ante algo más grave y habrá que ponerse manos a la obra. Llamar al 112 y después disponernos a llevar a cabo una RCP. Lo primero será poner al paciente en una superficie dura, boca arriba y comenzar a hacer un masaje apretando con las dos manos en el centro del pecho. El ritmo, es de 100 y 120 presiones por minuto. Pero si no lo sabemos calcular, nos explica un médico del SAMUR, es el ritmo que llevaríamos si cantáramos el “Stayin’ Alive” de los Bee Gees o “Bob Esponja”.
Hay que hacerlo sin parar. Si hay un desfibrilador aplicarlo siguiendo las instrucciones. Nos olvidaremos del boca a boca. Lo primordial es masajear para que la sangre siga fluyendo hasta el cerebro. Hacerlo sin parar hasta que lleguen los servicios de emergencia o se recupere el paciente.
Todos deberíamos saber hacer esto, máxime si tenemos familiares con cardiopatías. En la calle hay más posibilidades de tener un desfibrilador cerca, un policía o un agente de seguridad que conozca esta práctica. Pero en casa, o un municipio apartado, las posibilidades descienden. De ahí la importancia de conocer estas nociones. El atleta Chema Martínez, colaborador de Cope, es el padrino de esta iniciativa, insiste en perder el miedo y hacerlo.
Por eso ha iniciado una petición en Change.org para pedir una ley que obligue a tener desfibriladores en todos los espacios públicos y a formar a todo el mundo, hasta a los más pequeños a realizar una RCP, o resucitación cardiopulmonar. Un gesto que salva vidas.