Una prestigiosa viróloga alemana lo tiene claro: cuidado antes de ir a un bar
La viróloga Sandra Ciesek ha alertado sobre una práctica que se ha generalizado recientemente y que ella misma califica de "peligrosa"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una de las más prestigiosas virólogas de Alemania, Sandra Ciesek, ha alertado hoy sobre la importancia que se le está dando últimamente a los resultados en las pruebas de antígenos. Desde hace ya un tiempo, hay personas que se preguntan si son útiles los tests rápidos masivos en la población general para poder controlar los contagios de coronavirus. Fue así como los Gobiernos se lanzaron a la compra de este tipo de pruebas. Si bien es cierto que son un tipo de test que pueden ayudar a contener la pandemia, la viróloga alemana ha advertido que es "peligroso" confiar en los resultados negativos de este tipo de pruebas rápidas antes de ir a un bar, un restaurante o cualquier otro lugar donde haya más gente y se relajen el resto de medidas de protección, como puede ser el uso de las mascarillas o el distanciamiento social.
Lo ha hecho en una entrevista en el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung. Este tipo de pruebas, a su juicio, sirven para contener la pandemia pero pueden ser "contraproducentes". No obstante, sí ha puesto en valor los test de antígenos cuando un grupo de personas se reúnen varias veces y hay casos en los que no se pueden cumplir las medidas sanitarias. En este caso, ha asegurado, no se puede romper la cadena de transmisión del virus pero sí es capaz de hacerlo con muchas de ellas.
La recomendación de la viróloga: uso de la mascarilla
"Las pruebas de antígenos no son adecuadas para el diagnóstico individual", ha indicado. Por ello, la viróloga ha hecho un llamamiento recientemente a todos los ciudadanos para que hagan uso el mayor tiempo posible de las mascarillas estén donde estén, especialmente si se trata de un bar o un restaurante, donde el virus podría propagarse con mayor facilidad.
Por su parte, en el podcast 'Coronavirus Update', la viróloga alemana aseguró que aquellos estados alemanes en los que la hostelería había abierto las puertas sin la condición expresa de llevar puesta la mascarilla, tuvieron incidencias mucha más alta al cabo de varias semanas. Por su parte, aquellos en los que sí era un requisito obligatorio, era bastante más bajas. Estamos hablando de que aquellos en los que su uso no era obligatorio alcanzó incidencias de hasta 643 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que en los que sí era requisito indispensable apenas superaba los 62 casos por 100.000. "Eso demuestra nuevamente este gran efecto".