El abogado de la parricida de Santomera: “Paquita no es un monstruo, no tiene un solo momento de alegría”

Melecio Castaño, abogado de Paquita González, explica en COPE cómo está siendo la salida de la cárcel de la parricida de Santomera y si siente arrepentimiento

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El abogado de la parricida de Santomera: “Paquita no es un monstruo, no tiene un solo momento de alegría”

Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Francisca González asesinó en enero de 2002 a sus dos hijos de 4 y 6 años con el cargador del teléfono en un ataque de celos motivado por el consumo habitual de cocaína, whiskey y somníferos. Todo ello, mezclado con una relación en decadencia con su marido, José Ruiz, del que ella aseguraba que le presionaba para acudir a clubes de intercambio de parejas y le era infiel con asiduidad. En cualquier caso, Paquita terminó siendo condenada por doble asesinato y se le impuso una pena de 40 años de cárcel por los dos crímenes.

Hace unos años pudo salir por primera vez de la cárcel gracias a un tercer grado y, desde entonces, su abogado es Melecio Castaño que, explica en COPE, cuánto tiempo le queda en prisión a la parricida de Santomera, cuál es su estado anímico tras 18 años en la cárcel y cómo se siente respecto al crimen.

Pregunta: Desde cuándo eres su abogado?

Melecio Castaño: Desde finales de 2017, principios de 2018.

P: ¿Ya había tomado sus primeros permisos carcelarios?

MC: Ella salió de permiso en 2016, a los 14 años de los hechos.

P: ¿Qué es de ella a día de hoy?

MC: Tiene el tercer grado en régimen abierto de semilibertad. No es una libertad plena, pero está en posición de rehacer su vida al menos de una forma incipiente. No le permite estar al 100% de todas sus posibilidades, pero ya ha conseguido un paso, que espero que le valga.

P: ¿Cuándo tendrá libertad completa?

MC: Le quedan algunos años. El máximo de cumplimiento son 25 años, si lleva 18 le quedan 6 años.

Francisca Gonzalez, asesina de sus dos hijos de 6 y 4 años, escucha a su abogado, Candido Herrero

Francisca Gonzalez, asesina de sus dos hijos de 6 y 4 años, escucha a su abogado, Candido Herrero , durante la lectura del veredicto del jurado popular / EFE

P: ¿Cómo fue su comportamiento en la cárcel?

MC: Según tengo entendido fue modélico. En este tipo de casos se puede dar el tercer grado, pero cuesta más, porque genera mucha alarma social. Hace que la sociedad se vuelva muy crítica con este tipo de situaciones, por eso los centros de tratamiento y los jueces se lo piensan mucho más que en otros casos.

Su comportamiento fue, a juicio de la gente con la que he podido hablar ha sido modélico, ha trabajado en muchos cursos, ayudando a los internos, a sus compañeros, en diferentes destinos... Y todo ello lo ha hecho de plena satisfacción. Siempre ha sido modélica también en esos permisos que le han dado. Dentro de que los hechos han sido muy trágicos, como presa nunca ha sido conflictiva, ni se ha metido en peleas ni ha recibido sanciones. Asumió su situación y empezó una vida dentro.

P: Los medios locales coinciden en que José Carlos, el hijo de Paquita, había tenido un hijo y había formado una familia. Pero no todos están de acuerdo respecto a la relación con su madre.

MC: La situación familiar de Paquita es muy peculiar por lo que sucedió, por lo que entiendo que debe ser ella la que tendría que explicar si existe o no y de qué forma mantiene esa relación. Yo no lo sé, yo puedo elucubrar de oídas, pero no estoy dentro de ella para saber qué siente por su hija, su nuera, su ex marido... No lo sé. Es un terreno que no tengo con ella, que tengo poca información y que pertenece a su esfera más íntima.

P: ¿Alguna vez te ha hablado de sus dos hijos fallecidos?

MC: Mi relación se ciñe a su nueva vida, su futuro y a cómo lo enfoca. No es fácil, porque hay que tener en cuenta que la sociedad tiene estigmatizadas a las personas que se ven involucradas en este tipo de situaciones. No es fácil encontrar una normalidad y a ella lo que le preocupa, y a mí como asesor jurídico, es encaminarla por ahí. Lo primero era conseguir un tercer grado, que permanezca y que avance, como en el uso de una pulsera que le otorgue una movilidad mayor.

P: Aunque seas su abogado solo en los últimos tres años, ¿qué perspectiva tienes de lo que ocurrió en 2003?

MC: El paso del tiempo te hace ver las cosas con cierto desapasionamiento. De haberlo llevado (el caso) desde el primer momento conocería el trasfondo, la situación, hubiera estado viviendo esos momentos tan duros con ella. Pero con la perspectiva te lo puedo comentar como un caso más. Fue uno de los primeros casos así que salieron a la luz, y conmovió a todo el país. ¿A quién no le conmueve un hecho de esta índole?

José Ruiz acude junto a su hermana a visitar a Paquita González en prisión

José Ruiz acude junto a su hermana a visitar a Paquita González en prisión / EFE

Yo tengo también la impresión de que no fue un juicio muy objetivo. Fue un juicio en el que las vísceras aparecían por todas partes: en el jurado, la policía, los forenses... No se le estimó un solo atenuante de drogadicción, y en cambio se demostró que había estado consumiendo y que lo hacía desde tiempo atrás.

Se le estigmatizó como una mujer fría que había matado a sus hijos con una frialdad extrema para vengarse de su marido. Después, conociéndola yo creo que en el momento que cometió los hechos no tenía ninguna frialdad. Otra cosa es que después tratase de no ser descubierta. Se le privó de las atenuaciones que su estado mental y su estado psicológico del momento en el que vivía, y condicionó aquello. Por descontado que merecía la repulsa social y jurídica que tuvo, pero no es menos cierto que no tuvo un juicio todo lo justo que, de no ser sus hijos, un tercero hubiera tenido. Es humano porque la justicia no es una máquina fría: los miembros del jurado tienen hijos, los magistrados tienen hijos, los forenses tienen hijos... Es muy difícil juzgar en frío, y no se le juzgó en frío.

P: ¿Alguna vez te ha dicho que se arrepiente de ello?

MC: No, pero se le nota. Jamás le he hecho esa pregunta porque es obvio. Ella tiene un poso de tristeza. En su mirada o su forma de comportarse. No es una persona feliz, no es una persona que tenga momentos de alegría, sino que la veo marcada por aquello. Cómo no va a sufrir como madre, Paquita no es un monstruo. Si ella pudiera retroceder en el tiempo y evitar lo que pasó... Pero se juntaron muchas cosas. La celotipia brutal con el marido, una relación tóxica y en descomposición, y mucho más tóxica sumándole lo que tomaba.

Ella fue aislándose en su mundo, se fue perdiendo. Si pudiera volver no lo haría, evidentemente. Ella no puede tener otra opinión que no sea el arrepentimiento más total y absoluto. Tiene que estar pasando por momento de verdadero... No tengo palabras. Se salió del camino, de tal manera que cuando se dio cuenta había cometido esa barbaridad, pero era la consecuencia de estar psicológicamente fuera del camino.

Francisca González, antes de la vista en los juzgados de Murcia

Francisca González, antes de la vista en los juzgados de Murcia / EFE

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