Estabilidad, formación y rescatar la Casa del Médico: cómo solventar la falta de médicos en las zonas rurales
Casi la mitad de facultativos que atienden en el medio rural se va a jubilar en diez años sin relevo y en COPE buscamos soluciones con un profesional y médico en tres zonas rurales
Publicado el - Actualizado
5 min lectura
Sin lugar a dudas, no están siendo unas semanas fáciles para la sanidad española. Y no hablamos de las manifestaciones que hace quince días asolaron Madrid, si no de la falta de medicamentos como la Amoxicilina o la saturación de las urgencias pediátricas.
A esto último, hay que sumarle el aumento de la bronquiolitis y el ingreso por ello de niños menores de dos años. Este escenario está pasando en grandes urbes, pero, lo que últimamente nadie se pregunta, es cómo lo están viviendo las zonas rurales.
Y es que la atención primaria está tiritando en zonas más despobladas, entre otras cosas, por falta de personal. Aunque no hay cifras oficiales, las estimaciones que hacen los expertos es que en esas zonas rurales, en toda España, hay unos 11 o 12 mil facultativos.
Verdaderamente pocos, teniendo en cuenta que, la mayor parte de ellos, la mitad más o menos, en apenas cinco o diez años, estarán jubilados y, lo peor de todo, no tendrán relevo. Son datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, que realizó el Estudio de Medicina del Médico Rural.
“Todos los médicos del 'baby boom' están llegando a la edad de jubilación. Ahora mismo, prácticamente el 30% de los médicos de atención primaria tienen más de sesenta años y es algo que se tenía que haber previsto desde hace tiempo” reconocía en COPE el doctor Hermenegildo Marcos, vocal de Atención Primaria Rural del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y, sobre todo, médico de atención primaria en tres zonas rurales de Zamora.
Un problema que afecta no solo a los propios facultativos, sino también a los pacientes, que, para que se le atienda alguna urgencia, tienen que desplazarse unos cuantos kilómetros y, en el mejor de los casos, a un centro de salud en su pueblo o en alguno contiguo.
Una problemática que se suma a las dificultades con las que, en las zonas despobladas, tienen que luchar médicos y pacientes.
Los problemas a los que se enfrentan los facultativos y los pacientes
Por poner datos encima de la mesa, casi el 50% de los médicos que trabajan en la atención primaria rural, tienen que desplazarse más de 50 kilómetros a su puesto de trabajo y, de todos ellos, casi un 90%, asume los gastos que eso supone sin recibir ningún tipo de remuneración extra por ello, tal y como indica el estudio del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
Y eso es solo la punta del iceberg, porque son muchos más los problemas que enfrentan los médicos que trabajan en la zona rural.
“Hay compañeros, que si no tienen un coche, o no tienen carné, están limitados. Otra limitación es que trabajamos aislados, solos o con una enfermera” nos explicaba el doctor Hermenegildo Marcos.
Una soledad que se convierte, a veces, en una incertidumbre trabajando ya que, sin la opinión de otros facultativos, tienen que seguir su propio instinto.
“No tienes algo que apoye tu diagnóstico, tienes que ir por tu ojo clínico, experiencia previa y es algo inherente...Es mucha la incertidumbre, sabemos que tenemos que lidiar con ella, pero nos crea cierto malestar. Mandamos al hospital a pacientes que pensamos que no tienen nada importante, pero te tienes que asegurar, tú, y tu paciente” explicaba.
Y los pacientes, ¿qué hacen frente a esta falta de personal? Pues, por lo pronto, consultar al médico de atención primaria cuando él esté presente, principalmente por la mañana, y si, su urgencia es mayor, acudir al centro de salud más cercano, aunque, según el doctor, esta no es la atención que merecen.
“En el centro de salud hay más medios, pero, si no pueden por edad o patología o no tienen medios, intentamos trasladarnos a su domicilio” nos explicaba. Unos centros que, en el mejor de los casos, están a unos 20 o 25 minutos de distancia.
Aun así, se muestra optimista, porque cree que los pacientes en las zonas rurales son más que comprensivos con ellos y con la situación, a pesar de las dificultades y las piedras en el camino. “Tenemos una ventaja, porque tenemos una relación médico-paciente muy buena” contaba el doctor.
Problemas que provocan que muchos de los 8.000 médicos que consiguen su plaza para hacer la residencia, no opten por la atención primaria y, aún menos, por la rural.
Cómo incentivar para que haya más personal
Actualmente, se considera zona rural a aquellos núcleos que tienen menos de 15.000 habitantes...Por esa misma razón, como nos recordaba el doctor, que casi la mitad de los facultativos que trabajan en esas zonas se vayan a jubilar en unos diez años sin relevo, es algo preocupante.
Y este problema ha llevado a los médicos a preguntarse qué es lo que pueden hacer para incentivar a que los profesionales que saquen plaza, la elijan en esas zonas rurales.
Pero claro, teniendo en cuenta todos los problemas que acarrean los facultativos una vez que trabajan en esas zonas, para nada es fácil querer escoger una de esas plazas. Por eso, el doctor Hermenegildo Marcos nos explicaba lo que, bajo su criterio, pueden hacer para atraer a más médicos.
“Que elijan la atención primaria en el MIR y que vean que tiene salidas laborales estables, contrato de trabajo estable y poder conciliar la vida laboral y social...Por supuesto, condiciones laborales, estabilidad, remuneración y que se invierta en atención primaria” nos explicaba.
Pero si hay un factor que podría cambiar la perspectiva de muchos médicos, es la de rescatar la “Casa del Médico”. Esto es, en realidad, una vivienda de dos pisos que servía para ser también consulta, y en la que el médico y su familia habitaban, a gastos pagados.
Eso sí, para el doctor no es tampoco “la panacea” pero sí que es un “factor más a añadir”.
Lo que sí que cree que podría servir de incentivo es formar a todos los estudiantes de Medicina y enseñarles la forma de trabajar en la atención primaria, algo que hacen a través de distintos programas.
Quizá ese sea el primer paso para hacer que sean muchos más los facultativos que se atrevan con las zonas rurales y, por fin, esos pacientes tengan la atención que merecen.