Yoshi Shiratori, el escapista japonés al que ninguna cárcel pudo retener: así se fugó cuatro veces en 5 años

Este preso se escapó cuatro veces utilizando métodos tan inverosímiles como una sopa de miso y dislocarse los hombros para colarse por un pequeño hueco

Yoshi Shiratori, el escapista japonés al que ninguna cárcel pudo retener: así se fugó cuatro veces en 5 años

Sergio Muñoz González

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La cárcel es uno de los lugares que más curiosidad desata en la población. En estas instalaciones están algunas de las personas más peligrosas de la sociedad que dan lugar a sorprendentes historias. Muchas de estas han transcendido a la sociedad e incluso la industria cinematográfica las ha aprovechado para hacer películas o series. Pero no siempre son los presos más peligrosos los que protagonizan las historias más llamativas.

Yoshie Shiratori es un japonés que ha pasado a la historia por escaparse cuatro veces de prisión en cinco años. En la mayoría de casos, los reclusos poco pueden hacer para evitar cumplir su pena, pero Yoshie Shiratori, como si se tratase de una producción ficticia al estilo 'Prision Break', decidió tomarse la justicia por su mano para recuperar su libertad. Esto le valió para que fuese apodado "el hombre que ninguna prisión podía retener", ya que se escapó utilizando todo tipo de técnicas: forzó cerraduras, escaló pareces lisas de varios metros, se dislocó los hombros e incluso utilizando una sopa de miso.

Yoshi Shiratori, el escapista japonés al que ninguna cárcel pudo retener: así se fugó cuatro veces en 5 años

La primera vez que entró en prisión estaba acusado de robo y asesinato. Algunas versiones sostienen que este crimen no lo cometió, pero sea como sea, el japonés acabó entrando a la cárcel de Aomori. Tras tres años en las instalaciones, fue capaz de conocer a los guardias y los puntos débiles de la seguridad. Teniendo en cuenta esto, utilizó un cable de un cubo de baño de madera para forzar la cerradura de sus esposas y escapar. Sin embargo, la alegría de Yoshie Shiratori no duró mucho y a los pocos días volvió a ser capturado y condenado a cadena perpetua por fuga y robo de suministros de un hospital.

En este momento, en 1942, fue trasladado a la cárcel de Akita en Abashiri. Esta prisión era de máxima seguridad y estaba reservada para los delincuentes con más riesgo. Aquí fue encerrado en una celda de muros altos y lisos. Esto no desmotivó a Yoshie y estuvo subiendo durante numerosas noches para desencajar el respiradero y salir por la parte superior de la celda. Se desconoce el motivo, pero al salir fue a la casa de un antiguo policía en el que confiaba. La respuesta del agente de la autoridad fue entregarle a la policía para ingresar a la cárcel por tercera vez.

De esta manera volvió a entrar a la prisión de Abashiri por segunda vez. En su tercer encarcelamiento el escape fue el más inverosímil. El ingenio de Yoshie Shiratori no tenía límite y utilizó un método que además requería mucha paciencia. Todos los días utilizaba parte de la sopa de miso de la comida para tirarla al marco de la puerta. La sal y la humedad fueron debilitando día tras día la estructura y el 26 de agosto de 1944 emprendió su huida. Pero no fue de una forma normal, la sopa de miso había creado un pequeño hueco en el marco de la puerta y aprovechó el hueco por el que los guardias le daban la comida. Se dislocó los hombros y pasó al otro lado de la celda para poder escapar.

Yoshi Shiratori, el escapista japonés al que ninguna cárcel pudo retener: así se fugó cuatro veces en 5 años

Pero esta no fue la última hazaña de Yoshie Shiratori. El Tribunal del Distrito de Sapporo le condenó a muerte e ingresó en la prisión de Sapporo. Esta celda estaba especialmente diseñada para que no pudiese escapar por el respiradero como anteriormente. Pero este refuerzo de la seguridad de las instalaciones hizo que los agentes de la cárcel se confiaran y con este escapista eso es una oportunidad que el japonés no iba a desperdiciar. Yoshie Shiratori tenía que aprovechar esto para un último intento o sería ejecutado. La falta de atención la aprovechó para utilizar un cuenco de comida para abrir las tablas de madera de la puerta de la celda y escapar.

Después de su cuarto escape, volvió a ser descubierto y juzgado. Pero esta vez fue diferente. El Tribunal Superior de Sapporo observó que en ninguna fuga había utilizado la violencia, a pesar de que las condiciones de las prisiones eran muy malas y el trato por parte de los agentes era abusivo. Por este motivo se revocó la sentencia de muerte a Yoshie Shiratori y se sustituyó por 20 años en una prisión de Tokio.

En 1961 le concedieron la libertad condicional y volvió con su hija, a la que le contó la historia de su vida. Este genio del escape vivió a base de trabajos de poca cualificación hasta que en 1979 falleció por un infarto.