Desencuentros, intenciones ocultas y una bofetada "real": el papel de Luisa Carlota en la casa de Borbón

Cuando Fernando VII cayó gravemente enfermo y restauró la Ley Sálica bajo la influencia de Calomarde, Luisa Carlota de Borbón intervino para dar continuidad a la dinastía

Desencuentros, intenciones ocultas y una bofetada "real": el papel de Luisa Carlota en la casa de Borbón

Patricia Blázquez Serna

Publicado el - Actualizado

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La historia está plagada, en muchas ocasiones, de episodios y anécdotas que apenas se conocen. Algunas han trascendido con el paso de los años, otras, sin embargo, han pasado fugazmente de generación en generación pero nunca han llegado a trascender. El caso de España no iba a ser una excepción y lo que no muchas personas saben es que una (posible) bofetada desencadenó las diversas guerras carlistas que sacudieron el país en los años posteriores.

María Cristina confió en la persona equivocada y puso todo en manos del ministro de Gracia y Justicia, Tadeo Calomarde, un antiliberal que ya anteriormente había traicionado a Manuel Godoy. En septiembre de 1832, Calomarde consiguió que el rey Fernando VII, postrado en la cama y gravemente enfermo, firmara un documento que restauraba la Ley Sálica.

Esta decisión habría significado que a su muerte, habría accedido al trono el hermano del Rey, Carlos María Isidro de Borbón, el primer pretendiente carlista del trono, y cuyo gran objetivo no era otro más que arrebatarle la corona a su sobrina, Isabel II. Recordamos que la Ley Sálica impedía que una mujer pudiera reinar, por lo que había vía libre para que el trono fuera ocupado por don Carlos.

El papel de Luisa Carlota en la dinastía de los Borbón

La hermana de María Cristina, Luisa Carlota de Borbón, no sucumbió en ningún caso a las presiones ni las amenazas de quienes decían estar más cerca del Fernando VII. Tanto es así que cuando el Rey, convalenciente y a punto de caer en un profundo letargo, firmó en septiembre de 1823 el documento en forma de decreto.

Cuando todos daban por hecho el ascenso al trono de don Carlos, tan solo cuatro días después de la firma del decreto, la infanta Luisa Calorta, quien además estaba casada con Francisco de Paula, hermano menor de Fernando VII, llegó a Madrid con el único objetivo de detener la operación que Calomarde había trazado sin que su hermana María Cristina fuera consciente de sus auténticos planes.

Reproches, desencuentros y una bofetada “real”: el papel crucial de Luisa Carlota en la dinastía de los Borbón

La infanta Luisa Carlota de Borbón, por Florentino Decraene (Museo del Romanticismo).

A su llegada, Luisa Carlota de Borbón se topó con su hermana en los pasillos de palacio y le recriminó llamándola “regina di gallería” por la falta de aplomo que había tenido y la forma en la que se había dejado manipular por los servidores de su esposo. Seguidamente, la infanta se encaró posteriormente con Calomarde.

Hay historiadores que piensan que Luisa Carlota le asestó una bofetada al ministro por su vil plan para ascender a su hermano al trono, alegando que la infanta tenía un carácter impetuoso, resuelto y ambicioso que le llevó a reprocharle de aquella manera su influencia en el enfermo Fernando VII. Otros, por su parte, aseguran que aquel sonoro guantazo no es más que una historia de ficción, aunque no niegan en ningún momento que la infanta tenía una personalidad fuerte y decidida. En cualquier caso, todos estaban de acuerdo en que la intención de la infanta no era otra más que alguno de sus descendientes pudieran contraer matrimonio con las hijas de Fernando VII. Es decir, su objetivo era posicionar a alguno de sus hijos en el trono español.

La regencia de María Cristina y las verdaderas intenciones de Luisa Carlota

En cualquier caso, y de ser o no cierto el episodio de la bofetada de Luisa Carlota a Calomarde, la intervención prácticamente inesperada de la infanta consiguió evitar que don Carlos ascendiera al trono. Lejos de lo que muchos pudieran llegar a imaginar, la salud de Fernando VII mejoró y en diciembre de 1832, tan solo tres meses después de haberlo firmado, el Rey anuló por decreto el codicilo y criticó que se le había obligado a firmarlo en contra de su voluntad.

Ese mismo día, Fernando VII entregó a su esposa María Cristina el bastón de mando mediante un nuevo decreto, que le iba a permitir gobernar mientras durara su convalecencia. Tras su muerte el 29 de septiembre de 1833, su hija de solo tres años se convirtió en Isabel II de España bajo la regencia de su madre. Fue entonces cuando el país se dividió y dio comienzo a la Primera Guerra Carlista. Pegar

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María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1830), por Vicente López Portaña. (Museo del Prado)

No obstante, y a pesar de la contienda que ya había comenzado a tener lugar en España, Luisa Carlota se empezó a distanciar de su hermana. La infanta había intentado casar a dos de sus hijos con las hijas de la reina regente. Finalmente, y pese a la oposición de María Cristina, en octubre de 1846, Isabell II contrajo matrimonio con su primo Francisco de Asís de Borbón, el tercer hijo de Luisa Carlota.

No obstante, la infanta y hermana de María Cristina no pudo ser testigo del enlace, pues había fallecido dos años antes y jamás pudo ver a su tercer hijo ascender, junto a Isabel II, al trono de España.

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Isabel II y su marido, Francisco de Asís de Borbón

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