El ministro que casi se carga la Segunda República por culpa de un juego de azar
Daniel Strauss, un ciudadano holandés, trató de introducir en España el escaperlo, un juego de azar que a punto estuvo de acabar con el Partido Radical
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Fue la gran apuesta de un ciudadano holandés llamado Daniel Strauss, que junto a sus socios Perel y Lowann, inventaron el estraperlo. Consistía en una ruleta que contaba con trece números distintos. No obstante, y a diferencia de otros juegos de azar, el estraperlo permitía a los jugadores —especialmente a todos aquellos con agilidad matemática y mental— adivinar el lugar exacto en el que iba a caer la bola. En realidad el mecanismo era sencillo: la ruleta ocultaba una especie de mecanismo especial, similar al de un reloj. A modo de curiosidad, las iniciales de los tres socios ayudaron a que pudiera acuñarse el nombre de estraperlo.
Años antes, la ruleta se había estrenado en La Haya. La idea, sin embargo, no fue bien acogida y Strauss fue expulsado de Holanda. Siguió intentado vender su juego al azar por otros casinos de ciudades como Niza y Ostende pero sus intentos fueron en vano. Al final, Strauss se encalló en Barcelona donde estuvo un tiempo probando el funcionamiento en el casino de Stiges. Sin embargo, y después de que el presidente catalán por aquel entonces, Lluís Companys, rechazara su explotación, Strauss tuvo que buscar un nuevo lugar en el mapa donde intentar asentarlo.
El ciudadano holandés se dio cuenta de que el problema no era el juego, sino las normas, ya que por aquel entonces había duras restricciones sobre los juegos de azar. Fue así como intentó que el Gobierno tratara de legalizarlos, para lo cual se acercó al Partido Radical, donde al parecer ya tenía contactos. Dicho y hecho: el Ministerio de la Gobernación agilizó los trámites para hacerla legal. Eso sí, en el informe que emitieron, no constó que, en realidad, quien manejaba la ruleta podía decidir dónde iba a caer la bola mediante el mecanismo eléctrico tan solo accionando un botón.
Los inicios del estraperlo en España
Strauss celebró por todo lo alto esta pequeña victoria y su inicio en España fue en el casino Gran Kursaal de San Sebastián, que se inauguró a mediados de agosto del año 1921. No obstante, la ruleta apenas estuvo tres horas en activo, después de que la policía se presentase allí y fue desmantelado y cerrado a cal y canto.
El ciudadano holandés no bajó los brazos y lo volvió a intentar en el casino de Formentor, en Mallorca. Los resultados, a su pesar, fueron los mismos. Frustrado, Strauss acudió de nuevo a sus compañeros del Partido Radical e incluso escribió una misiva al exministro de Estado y líder del partido, Alejandro Lerroux. Al parecer, hay una leyenda que asegura que Lerroux cogió la carta, la arrugó haciéndola una pelota, y la tiró a la papelera.
Aquella acción le costó su puesto. A mediados de octubre, los periódicos españoles publicaban que un ciudadano había interpuesto una denuncia en la que se le acusaba de "supuestas irregularidades cometidas con ocasión del ejercicio de funciones públicas". Finalmente, fueron ocho miembros del Partido Radical quienes fueron culpados tan solo días después, también destituidos por el Consejo de Ministros de la República.
No obstante, y con el papel de la ruleta en aquel vacío legal, el juez exculpó al exministro de Estado y él siempre defendió que nunca había participado en aquella trama. Lo cierto es que más allá, el estraperlo no terminó de cuajar pero sí es cierto que hizo caer prácticamente al Partido Radical y acabó con la carrera del líder, Alejandro Lerroux, que junto al posterior escándalo Nombela, hizo que prácticamente se pusiera fin al denominado "bienio conservador".